En esta esquina, el PEF aprobado, que salió como un tiro de San Lázaro el 22 de noviembre de 2019; y en esta otra, el PEF ejercido, que cerró el 31 de diciembre de ese año y su Cuenta Pública fue presentada desde Palacio Nacional por el mismísimo Ejecutivo Federal, en abril de este año.
Máscara contra cabellera.
¿Cuál es una y cuál es la otra? ¿El PEF aprobado lleva la máscara y el PEF ejercido va a cara descubierta y juega la cabellera? Exacto. Así es. ¿Por qué? Porque como decíamos la semana pasada, una cosa es lo que se aprueba entre ruido y parafernalia legislativa, política y de lobby con el primero… y otra lo que al final del día—del ejercicio fiscal—gastan Hacienda, el resto del Gobierno Federal, las Entidades Federativas y demás convidados del Presupuesto Federal.
Bueno, muy bien… ¿y cómo salió el de 2020?
Aquí les van algunos datos que me han parecido entre relevantes, divertidos, preocupantes y dignos de mencionar.
Primero, el Gasto Neto Total—es decir, el total-total del PEF—en 2020 se redujo 1.6%. De acuerdo con los datos de la Cuenta Pública de 2020 presentada por Hacienda, seguramente como efecto de la pandemia, el Gobierno Federal dejó de gastar más de 100,000 mdp del Presupuesto Federal aprobado por los Diputados—de 6,108 mdp a 6,008 mdp—, aunque en todo el planeta se hizo lo contrario… pero bueno, eso será historia de otra columna. Si vemos sólo al Gasto Programable—aquel que el Gobierno Federal gasta en bienes y servicios públicos para la población—, sin embargo, nos sale que ese creció 1.3%, al pasar de los 4,407 mdp aprobados a los 4,464 ejercidos.
No está mal, ¿no?
Como todo en la vida, depende.
Para saberlo, habría que ver quién del Gobierno. Aquí es dónde vienen las ¿sorpresas?
Máscara contra cabellera.
Las dos “máscaras” ganadoras del PEF 2020 fueron: Economía y Hacienda. Perdón, ¿quién? Sí, Economía y Hacienda… en año de pandemia. ¿Y Salud? ¿El IMSS? ¿El ISSSTE? No. Hacienda y Economía.
En el caso de la primera, Economía, la gran ganadora, su PEF ejercido fue 557.8% más que lo aprobado. En otros términos, los 6,256 mdp que les aprobaron los Diputados se volvieron 41,150 mdp al final del año. Un aumento de casi 35,000 mdp. Nada más. En el caso de Hacienda, de 23,657 mdp aprobados, llegaron a gastar 76,338 mdp; casi 53,000 mdp y 222.7% más.
Por el contrario, el ISSSTE recibió 11,000 mdp menos de lo aprobado—de 349.44 mil mdp a 349.43 mil mdp; un 0.003%—. Por su parte, el IMSS vio ligeramente aumentado su presupuesto aprobado, al devengar un 0.1% más—pasando de 825.1 mil mdp a 826 mil mdp. Salud sí aumentó más, pues de 128.8 mil mdp pasó a 157.5 mil mdp (28.7 mil mdp; 22.3% más). ¡Pero Economía y Hacienda, entre las dos, fueron casi 88,000 mdp más! Es decir, de cada peso que se les aumentó juntos al IMSS, ISSSTE y Salud, Hacienda y Economía recibieron tres pesos.
¡Válgame!
Ahora, me pueden alegar que el crecimiento de ambas—Economía y Hacienda—tienen sentido. En un ambiente de necesidad de reactivación económica por el choque del COVID, puede ser que el Gobierno Federal sí apoyara a las fuerzas productivas del país y nosotros no lo vimos. Tanto, que les pudo haber dado más que a las instituciones de salud.
¿Será?
Si vemos los datos, concluimos que… no necesariamente.