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Los ataques cibernéticos están cada vez más cerca

Ingeniería social, internet de las cosas y ciberacoso son tres formas o prácticas comunes por medio de las cuales las personas naturales son expuestas cibernéticamente, señala Marcela Visbal.
sáb 04 diciembre 2021 12:01 AM

(Expansión) - Es una tendencia ver los ataques cibernéticos como algo externo o lejano, incluso, como personas naturales pensamos que eso es algo que debe preocupar a las empresas, en especial a las grandes corporaciones o compañías que hacen parte de industrias relevantes como el sector financiero, de energía, salud o petróleo.

Lo cierto es que, como el COVID-19, los ataques de hackers no discriminan. Son muchos los ataques dirigidos a empresas específicas, pero son más los ataques indiscriminados o masivos que se envían con tal de, entre muchos, tener víctimas y sacar provecho de éstas.

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Desde inicios de la pandemia hemos estado resaltando el cambio que el COVID-19 generó en la exposición de las organizaciones, del incremento en los ataques y el aumento de la dependencia en la tecnología.

De cierta forma lo hemos visto como algo ajeno a las personas naturales, puede verse como un problema de grandes corporaciones que dependen de sus sistemas y manejan importantes bases de datos. Sin embargo, los ataques de los hackers están cada vez más cerca de todos, empresas grandes medianas y pequeñas y personas naturales; en la época en la que vivimos podemos decir que nadie puede escapar.

Todos, independientemente de si trabajamos para o en una empresa o no, tenemos un celular y/o una computadora, entre otros dispositivos, manejamos datos a diario; se puede decir también que gran parte de la población es dependiente de los dispositivos tecnológicos. En el evento en que el celular se pierda es muy probable que sintamos que se perdió nuestra memoria e incluso nuestro norte.

Asimismo, almacenamos todos los aspectos de nuestra vida en esos dispositivos, y esa dependencia y cantidad de información personal que se maneja en los aparatos tecnológicos es lo que los hace muy apetecidos por los hackers. Por ende, no por ser personas naturales nos escapamos al riesgo o a la exposición de ataques de hackers, porque de esta manera también nos hemos visto afectados por los cambios que la pandemia trajo.

Para poder visualizar mejor cómo los ciberataques o la ciber exposición está cada vez más cerca de las personas, podemos hablar de phishing y en general de ingeniería social, del internet de las cosas y del ciberacoso. Entre muchas otras que existen, esas son tres formas o prácticas comunes por medio de las cuales las personas naturales son expuestas cibernéticamente.

La ingeniería social descrita de una manera sencilla es una práctica por medio de la cual se manipulan usuarios legítimos con el fin de robarles la información o acceder a sus sistemas. Hay diferentes tipos de ingeniería social, entre esos el phishing, por medio del cual se busca ganar la confianza de la víctima para engañarla, y a su vez hay diferentes formas de phishing.

En general, las empresas deben tener cuidado con estas prácticas porque puede ser la puerta de entrada de los hackers; sin embargo, también es problema de las personas naturales. En nuestro día a día vemos correos del banco señalando que alguien ha tratado de acceder a nuestra cuenta invitándonos a hacer clic en un enlace, o ¿a quién no le ha llegado un correo o mensaje con un millonario premio para reclamar?, o con un año de suscripción gratis a una reconocida plataforma de televisión, o un mensaje impactante señalando que tenemos una multa de tránsito.

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Lo común de todos esos mensajes es que nos invitan a entrar a un enlace para “verificar” nuestros datos. En esos correos o mensajes siempre hay alguien que por afán, desconocimiento o por no prestar atención, cae. De cierta forma son “pescados” por los ciberdelincuentes y de esta forma pueden terminar dándoles acceso a sus datos, sistemas bancarios o cuentas de ahorros.

Por otro lado, existe el ciberacoso, una muestra de que ahora la sociedad se desarrolla de una manera electrónica. Antes, el acoso se presentaba de diferentes maneras, pero ahora es muy común encontrarlo en medios electrónicos. Hay diferentes tipos de acoso, puede encontrarse el bullying, que antes se manifestaba físicamente en colegios y universidades, ahora es más común en redes sociales; el Groomng, que es el acoso de un adulto hacia un menor de edad por medio de redes sociales; mails o mensajes de texto; la Ciber violencia de género; el Sexting, entre otros. Son problemas de nuestra sociedad que ya existían, pero han pasado al mundo digital, lo cual en muchos casos puede facilitar el objetivo, por ende, es un tema que no se debe dejar de lado.

Finalmente encontramos el Internet de las Cosas, la interconexión digital de objetos que utilizamos en nuestra vida cotidiana a internet. Por ejemplo, ahora casi todos los televisores se conectan a internet, y no solo eso, ahora también las neveras, cafeteras, y muchos objetos de nuestra vida común, tienen acceso a internet. Incluso ahora encontramos hogares inteligentes, donde la mayoría de sus funciones de manejan por la red, desde las luces hasta el black out.

Esto sin duda facilita la vida, pero representa un riesgo si lo miramos desde el punto de vista de la seguridad cibernética. En general, la interconexión es positiva, pero implica grandes riesgos y retos.

En ese orden de ideas, los ataques cibernéticos y la ciberseguridad no son cuestión o materia solo de las grandes empresas e industrias, pueden afectar desde el celular menos sofisticado hasta el hogar más inteligente de todos. La cuestión es no confiarnos y no creer que el problema es lejano o corresponde a los demás. Todos somos parte del problema y de la solución.

Nota del editor: Marcela Visbal es Líder de la Práctica de Riesgo Cibernético de Willis Towers Watson América Latina. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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