Se debe reconocer que en estos tres años el presidente López Obrador sigue siendo un presidente popular y con gran aceptación entre los mexicanos. No necesariamente está relacionado con buenos resultados del gobierno, sino que hay cosas de fondo.
La llegada de AMLO a la presidencia se debe a muchos factores, como el mal manejo del gobierno de Peña Nieto, que generó un desencanto entre la población.
Es cierto, los problemas de México no comenzaron con el actual gobierno, pero con la pandemia, lejos de resolverse, ha aumentado la pobreza y la inseguridad. Seguimos sin ser un país con un Estado de derecho.
El lema de campaña del presidente López Obrador, y durante su gobierno, ha sido “primero los pobres” y, como lo he comentado en otras ocasiones, tiene toda la razón. Sin embargo, a pesar de que el diagnóstico sea el adecuado, es importante saber cómo bajar la pobreza para que no solo quede en lema de campaña. No se debe satanizar la generación de la riqueza sino cómo crearla.
Es cierto, el mundo está cambiando y se necesita repensar el capitalismo para que las personas puedan tener un mayor bienestar social. Ejemplos de capitalismo tenemos en Europa, que sin atacar y satanizar a la iniciativa privada, ha logrado niveles de bienestar importantes porque el Estado sabe hacer su trabajo para corregir las fallas del mercado.
El gobierno del presidente López Obrador puede aprender que cuando ha logrado dialogar con la iniciativa privada puede sumar esfuerzos. Entre los acuerdos importantes que ha logrado el sector privado, obrero y el gobierno, en estos tres años, son la reforma en materia de subcontratación, el aumento del salario mínimo y la reforma al sistema de pensiones.
Todas estas reformas tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de los millones de trabajadores.
No se debe satanizar a toda la iniciativa privada por los excesos y mal comportamiento que pudieron tener algunos casos aislados. La iniciativa privada siempre estará a favor de tener un país con un Estado de Derecho, de que se castigue la corrupción y será la primera en estar interesada en mejorar el bienestar de la población, por eso han estado comprometidos durante la pandemia a tratar de mantener los empleos formales. Según datos del IMSS, el 95% de los trabajadores formales durante la pandemia mantuvo su empleo.
Además, el sector privado ha apoyado con acciones sociales durante la pandemia y ha seguido pagando impuestos. Por esta razón, la recaudación se ha mantenido para que el gobierno pueda mantener sus programas sociales.