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La vida "sintética” siempre encuentra su camino

¿Qué pasa cuando un grupo de 'explicadores', mejor conocidos como científicos, son capaces de crear vida sintética?, cuestiona Javier Murillo.
mié 02 febrero 2022 11:59 PM
medicina regenerativa
La tecnología en las manos correctas podría revolucionar la medicina regenerativa, considera Javier Murillo.

(Expansión) - La característica fundamental de una forma de vida es su misma existencia; una vez que existe, la siguiente característica necesaria es la supervivencia; de nada sirve la existencia efímera, más que probarse a sí misma, es necesario mantener la vida el mayor tiempo posible; pero lo que hace viable a una especie es la capacidad de replicarse en un ser semejante a sí mismo; ahora, si a la reproducción le sumamos la adaptabilidad continua, tenemos el algoritmo de la persistencia de la vida.

Durante miles de millones de años, los organismos han desarrollado formas de replicarse, desde plantas, animales sexuales, virus invasores, hasta seres vivos que buscan y pueden explicar la existencia misma, pero ¿qué pasa cuando un grupo de esos 'explicadores', mejor conocidos como científicos, son capaces de crear vida sintética?

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Pues resulta que un grupo de científicos de la Universidad de Vermont, la Universidad de Tufts y el Instituto Wyss de Ingeniería Biológicamente Inspirada de la Universidad de Harvard, ya lo lograron. Estos investigadores han descubierto una forma completamente nueva de reproducción biológica y han aplicado su descubrimiento para crear los primeros robots vivos autorreplicantes, capaces de reproducirse de una manera que no lo hace ningún otro ser vivo.

Es el mismo equipo que construyó los primeros robots vivos, llamados “Xenobots”, ensamblados con células de rana en 2020, lo que oportunamente reporté en una de mis columnas de la época.

Los Xenobots, que llevan el nombre de la rana con garras africana (Xenopus laevis), son formas de vida sintéticas, que están hechas de una mezcla de células de la piel y el músculo cardiaco de las primeras etapas de los embriones de rana. Sin embargo, a pesar de su genoma, no pueden ser consideradas como ranas.

Cuando conocí el descubrimiento que se daría posteriormente, en mi cabeza resonó la famosa frase del doctor Malcom, en la novela Parque Jurásico, de Michael Crichton: "La vida se abre camino". Resulta que estos organismos diseñados por computadora, y ensamblados a mano, pueden nadar, encontrar, reunir cientos de células individuales y ensamblar Xenobots “bebé” dentro de su “boca”. Imaginen que están jugando Pac-Man y que después de un tiempo de “comer” premios se formara otro Pac-Man a imagen y semejanza del anterior.

La primera versión del Xenobot replicante moriría rápidamente después de haberse reproducido una vez. Entonces, el equipo volvió a la Inteligencia Artificial que están usando para diseñar estas máquinas vivas, y le encargó a la IA que produjera una versión que no tuviera el mismo destino. La IA realizó miles de millones de simulaciones para llegar a la configuración que finalmente funcionó.

El titular es: "Los Xenobots pueden crear otros Xenobots", que a su vez pueden salir a encontrar células y construir copias de la copia. Una y otra vez.

No suficiente con eso, Joshua Bongard, doctor científico informático y experto en robótica de la Universidad de Vermont, quien codirigió la nueva investigación, aseguró que: “Con el diseño correcto se auto replicarán espontáneamente”. Sí, me quedé igual de sorprendido cuando comencé a imaginar las implicaciones.

Por su parte, el Dr. Douglas Backinston, científico principal de la Universidad de Tufts dijo: “La gente ha pensado durante mucho tiempo que hemos descubierto todas las formas en que la vida puede reproducirse o replicarse; pero (esto) es algo que nunca antes se había observado”.

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“Estas son células de rana que se replican de una manera muy diferente a como lo hacen las ranas. Ningún animal o planta conocido por la ciencia se replica de esta manera”, agregó el autor principal, Dr. Sam Kriegman.

Si fueron capaces de programar versiones de Xenobots que pudieran replicarse y mantenerse vivos, bien podrían programar versiones capaces de adaptarse a diferentes circunstancias. Imaginen que en lugar de que los humanos tuviéramos que crear los anticuerpos para defendernos de una enfermedad, como la del COVID-19, nos pudieran inyectar anticuerpos robots, capaces de defendernos de los virus y adaptarse a sus mutaciones.

Si algo hemos aprendido de la pandemia del COVID-19 es que todo es un tema de velocidad, qué tan rápido podemos crear una vacuna y/o una cura y qué tan rápido podemos responder a las mutaciones del virus.

Existen algunos riesgos que se tendrán que atender porque, como todo, cualquier cosa que se salga de las manos y tenga vida propia podría afectar fundamentalmente a la humanidad. Sin embargo, esta tecnología en las manos correctas podría revolucionar la medicina regenerativa.

La vida “sintética” siempre encuentra su camino.

Nota del editor: Javier Murillo Acuña es fundador y presidente de Metrics. Científico de datos, experto en tecnologías de la información aplicadas a la transformación de modelos de negocio digitales. Actualmente trabaja en el desarrollo de algoritmos de prospectiva y medición de valor de marca para empresas globales. Síguelo en LinkedIn y/o escríbele a javier@metricser.com Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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