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Pronóstico: la informalidad escalará a tasas históricas

Mientras el Inegi sostiene que hay tres millones de empleadores, el IMSS dice que solo un millón paga la seguridad social de sus empleados, apunta Jonathán Torres.
mié 09 febrero 2022 12:06 AM
Informalidad
La informalidad es una de las culpables de la baja movilidad social en México, ya que ésta suele heredarse, considera el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

(Expansión) - En México conviven dos mundos. Uno, con determinados derechos. Otro, capturado en la precariedad. En este momento hay más mexicanos sobreviviendo en la informalidad y menos en la formalidad. Los empleos con buenos sueldos, prestaciones y seguridad social son pocos frente a empleos mal pagados y sin ningún otro beneficio. Y no hay forma de revertir la tendencia.

Así están dadas las condiciones para registrar, durante este sexenio, con uno de los porcentajes más altos de informalidad en la historia reciente de México.

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De acuerdo con cifras del IMSS, al cierre de 2021, se contabilizaron 20 millones 620,148 empleados registrados en el IMSS, al tiempo que el número de empleados en la informalidad ascendió a 32 millones 165,765. En números redondos, se estima que 44% de la población ocupada se encuentra en un empleo formal, cuando 56% sobrevive en la informalidad (en 2020, este último porcentaje se ubicó en 55.5%, según cifras desestacionalizadas).

La tasa de informalidad es un lastre para la economía mexicana y todo apunta a que lo seguirá siendo, de tal forma que la estrategia de supervivencia para millones de personas es -desafortunadamente- trabajar más horas, percibiendo bajos salarios, renunciando a alguna prestación que les permita adquirir un bien inmueble y rogando por que no tengan que necesitar de algún servicio médico.

El reconocimiento del vínculo laboral mediante el pago de la seguridad social hace toda la diferencia. El problema es que, mientras el Inegi sostiene que hay tres millones de empleadores, el IMSS dice que solo un millón paga la seguridad social de sus empleados. Uno de los argumentos para justificar esto es el alto costo que representa el pago de dicha seguridad social. Pero, también, el abuso de muchas empresas alimenta esta circunstancia.

Estamos frente a un problema estructural y, bajo esta definición, es un fenómeno con muy pocos cambios en el tiempo; al respecto, el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), considera que la informalidad es una de las culpables de la baja movilidad social en México, ya que ésta suele heredarse.

Por su parte, Héctor Márquez, presidente de la Asociación Mexicana de Capital Humano (AMECH), sostiene que actualmente hay una tendencia basada en contratar bajo esquemas que van desde el pago a través de recibos de honorarios o mediante cooperativas, donde los empleados no tienen ninguna prestación y menos seguridad social.

Sin embargo, llama la atención la participación de la informalidad en los estados del país pues, mientras en algunos la informalidad es la reina, en otros provoca la sensación de que podríamos tener las soluciones frente a nuestros ojos.

Según el Inegi, al tercer trimestre de 2021, los estados con la mayor tasa de informalidad son Oaxaca (81%), Guerrero (78), Chiapas (78), Hidalgo (73) y Tlaxcala (72); mientras que los que pueden presumir de las menores tasas son BC (38%), Chihuahua (37), Nuevo León (37), BCS (37) y Coahuila (36).

¿Cuáles son los incentivos que ofrecen los estados del norte del país para contar con estos porcentajes? ¿Es posible que dichos incentivos se puedan replicar en el centro y el sur? La AMECH explora con la Secretaría del Trabajo fórmulas por sectores para contrarrestar los altos niveles de informalidad.

Pero no hay mucho que escarbarle. Para reducir la informalidad es necesario bajar el costo fijo que tiene la seguridad social, pero eso no sucederá. Al contrario, ante la débil recuperación económica, el escenario más probable es que la tasa de informalidad escale a porcentajes históricos.

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La tasa más alta registrada es de 59.8% en el tercer trimestre de 2012, poco antes de que Enrique Peña Nieto asumiera la presidencia. Durante el sexenio de Felipe Calderón, la informalidad estuvo por las nubes y, ya con su sucesor, la tasa aterrizó en 56.7%, en el tercer trimestre de 2018.

“No sería una sorpresa. Si la actividad económica continúa débil y el desempleo alto, no sería raro que tengamos una tasa de 57-58%”, complementa Marcelo Delajara, director del Programa de Crecimiento Económico y Mercado Laboral del CEEY. “Estamos volviendo a viejas prácticas que fomentan la división entre trabajo formal e informal”.

El pronóstico, entonces, no es nada descabellado: la informalidad y sus efectos ampliarían su ya escandalosa penetración en nuestro país.

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El papel de los sindicatos es otra historia. La libre selección de dirigentes, en algunos casos, está generando buenas noticias. Pero, en otros, el charrismo sindical sigue viviendo momentos luminosos. Luces y sombras.

Nota del editor: Jonathán Torres es socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing; periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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