La caída del crédito de los intermediarios financieros al sector privado en 2020 fue por un monto de -9,854 millones de pesos. En el flujo de financiamiento hubo diferencias de comportamiento con el crédito al consumo y el comercial cayendo y el hipotecario creciendo.
Los datos económicos indican que durante la pandemia los hogares en promedio consumieron menos y ahorraron más. A nivel utilización de las tarjetas de crédito se aprecia que se dio un cambio en la conducta de las personas. Disminuyó el porcentaje de tarjetas que tienen un nivel de utilización superior al 80% en cinco puntos porcentuales y aumentó el de las que tienen una utilización menor al 20% en siete puntos porcentuales.
Hubo una caída importante en la venta de autos al inicio de la crisis sanitaria. Dicho mercado se recuperó gradualmente. Su recuperación se ha frenado por causas externas al mercado relacionadas con las cadenas de suministro. La menor compra de autos es lo que explica la menor demanda de crédito automotriz.
Las personas que mantuvieron su empleo, además, bajaron su consumo y ahorraron más. Ello implica que su demanda por este tipo de créditos fue menor. El crédito de nómina tuvo un comportamiento más favorable con una caída menor de solo -1.5% que los personales con una caída del -18%. Fundamentales del mercado son los que explican esta diferencia.
Al principio de la pandemia hubo una menor demanda de crédito hipotecario por la incertidumbre. El 95% de los trabajadores del sector formal mantuvo su empleo y meses después pensó que no lo perdería. Por esta razón retomaron después sus planes de adquirir una vivienda, dando impulso a la demanda. Resalta el aumento en la cartera por 110,000 millones de pesos en el segundo semestre del 2020.
El monto de crédito empresarial aumentó 12.9% durante el primer trimestre del 2020. Esto se explica por la incertidumbre por la pandemia. Las empresas dispusieron de sus líneas de crédito para generar una reserva de liquidez que era precautoria.