El T-MEC, al ser un tratado de elevados estándares, nos ha facilitado la restructuración de cadenas de suministro en América del Norte, lo que ha resultado aún más oportuno para enfrentar los efectos de la pandemia. Este acercamiento de la producción a los consumidores finales ha permitido a México ser parte esencial de este replanteamiento productivo apuntalado por disciplinas en facilitación comercial, comercio electrónico y digital, protección ambiental o inversión, por mencionar algunas.
Al ser un tratado con una vocación democratizadora e incluyente del comercio hemos trabajado con Estados Unidos y Canadá a favor de las Pymes y durante estos dos años hemos puesto a su disposición herramientas digitales, como la plataforma MIPYMES MX , para aprovechar las oportunidades de negocio en mercados del T-MEC.
Hemos organizado cuatro ruedas de negocios para fortalecer los esfuerzos de promoción del T-MEC, hemos capacitado a más de 200 empresas en 10 estados para asegurar que cuenten con la información que requieren para aprovechar las oportunidades que ofrece este acuerdo y los hemos acercado a compradores en Estados Unidos y Canadá.
También hemos organizado ruedas virtuales de negocios para empresarias mexicanas con compradoras de Estados Unidos y Canadá y hemos desarrollado programas de capacitación especializada sobre el panorama que encuentran las mujeres empresarias al exportar y las oportunidades que les brinda el T-MEC. En este sentido, el T-MEC ha sido una herramienta para que la recuperación económica incluya a todas las personas y no deje a nadie atrás.
La pandemia de covid-19 ha despertado tentaciones proteccionistas en el mundo. El contar con el T-MEC nos ha permitido hacer frente a la tentación de aplicar medidas restrictivas al comercio para proteger a la producción nacional, sobre todo en el sector agropecuario.