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Tecnología en la medicina: fortalecedor de la salud

La falta de inversión en investigación y desarrollo tecnológico es en gran medida un factor que influye en los avances de diversos sectores de la sociedad, pero ¿es un límite?, cuestiona Ana Peña.
lun 18 julio 2022 06:06 AM
Tecnología en la medicina: fortalecedor de la salud
No perdamos el objetivo: usar la tecnología como fuerza para el bien, ya que es un factor crítico para mejorar la vida de las personas y hacer un mundo mejor, señala Ana Peña.

(Expansión) - Constantemente consumimos información que resalta la falta de atención a varios aspectos de la sociedad, como la inserción de tecnología en salud pública. Lejos de movilizar al gobierno, es común quedarnos con la idea de “pues así es esto”, resignándonos a la situación. Pero que nadie nos diga qué podemos o no cambiar.

Esa frase me llegó a través de Tara Smith, chief communications officer (CCO) de la empresa donde trabajo. Si bien su mensaje es inspirador para la vida personal, también aplica en esferas más grandes de la sociedad. Hace 20 años, a Tara le diagnosticaron un tumor canceroso en el pulmón derecho. Afortunadamente su crecimiento era lento y su extirpación sencilla.

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Sin embargo, la recuperación fue inimaginablemente dolorosa, ella lo describe como si inhalara pedazos de vidrio en cada respiración. Cuando preguntó a su doctor cuándo podría respirar sin agonía y si llevaría una vida larga y saludable, él respondió que ella estaría bien, y agregó “pero nunca correrás un maratón”.

“¡Ah, ¿cómo que no?!”, se dijo Tara. Su esfuerzo, dedicación, pero sobre todo su afán de romper los límites impuestos, la llevaron a demostrarle al médico su equivocación. Fue difícil, le costó mucho tiempo y trabajo, pero después de tres años y medio, completó el maratón femenino de Nike en San Francisco, California. Escribió una nota a su médico contándole y él le agradeció por probarle su error. Que nadie nos diga qué podemos o no hacer.

Así como el cáncer de Tara y el inevitable hecho del daño pulmonar, la falta de inversión en investigación y desarrollo tecnológico es en gran medida un factor que influye en los avances de diversos sectores de la sociedad pero, ¿es un límite? Esta historia puede animarnos a voltear a ver a personas y organizaciones cuya capacidad e ingenio prueban que los límites son subjetivos.

Los límites de México

La historia en México ya la sabes: usuarios insatisfechos con los servicios de salud pública, clínicas y hospitales saturados, falta de médicos capacitados, desabasto en medicinas, condiciones inadecuadas de trabajo para el personal de salud e infraestructura tecnológica anticuada que no responde a las necesidades actuales.

Apenas a inicios de este año, el gobierno federal anunció un plan de federalización de la salud que promete llenar el hueco de atención médica de aquellas personas sin seguro social. Este tipo de proyectos, tardíos y poco efectivos, los hemos visto surgir cada año y cada sexenio.

Lejos de solucionar los problemas de raíz, surgen límites para lograr servicios de salud dignos, pero afortunadamente emergen de entre nosotros personas que sí saben escuchar los puntos de dolor del país e innovan en la resolución de problemas, personas que, como Tara, se esmeran en romper los límites.

El tratamiento para México

Un adolescente mexicano sufrió muchísimo viendo a su mamá pasar tres veces por un proceso de cáncer de mama. Él se preguntó ¿por qué no es posible que detecten esta vieja enfermedad con más tiempo y con mayor eficiencia?

Este adolescente ya es un adulto de 22 años y se llama Julián Ríos, fundador y CEO de Eva, una empresa que desarrolló cabinas con sensores termográficos que hacen una lectura indolora y no invasiva para la detección del cáncer de mama. Los sensores recolectan datos de la temperatura del seno, los cuales son enviados a un especialista que analiza los resultados. A su vez, sirven para mejorar la analítica e identificar de manera más certera los patrones térmicos.

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Julián no se quedó pensando “así es esta enfermedad, así son los procedimientos de diagnóstico”. Al igual que Tara, se empeñó en demostrar lo contrario, que es posible romper los límites ¿el resultado? Su solución aumenta a 96% la probabilidad de supervivencia en las mujeres diagnosticadas con la enfermedad.

Thermy es otro ejemplo del uso de la inteligencia artificial y sensores para detectar el cáncer de mama. Un grupo de ingenieros biónicos de Instituto Politécnico Nacional demostró por su cuenta que es posible detectar esta enfermedad en pacientes desde los 20 años, a diferencia de las mastografías regulares que se recomiendan desde los 40 años. Existen muchísimos ejemplos más que nos demuestran día a día que sí es posible romper los límites.

No perdamos el objetivo: usar la tecnología como fuerza para el bien, ya que es un factor crítico para mejorar la vida de las personas y hacer de éste un mundo mejor. Si en el maratón que tenemos por delante nos encontramos con obstáculos o desaceleradores, nos toca demostrar que podemos sortearlos. ¿Te imaginas que un día seamos el hub mundial de la tecnología médica? ¿Nos lo proponemos?

Nota del editor: Ana Peña es directora de comunicación para Intel Américas. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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