Los cambios de cultura de trabajo nunca llegan solos, vienen acompañados de cambios tecnológicos, físicos, de métodos de evaluación, de comunicación, entre muchos otros.
Las herramientas de “acercamiento tecnológico” se han acelerado: Zoom, Google Meets, Teams, WhatsApp, solo por mencionar algunas, y han mejorado sus propuestas de soluciones eficientes para acercar a los equipos de trabajo. Las opciones de oficinas temporales, espacios compartidos, rentas de salas por horario determinado o bien ajustar oficinas y lugares de trabajo no personalizados, han permitido adaptarse rápidamente a las nuevas demandas.
Ni 100% home office, ni 100% presencial; la duda importante es ¿los liderazgos y los modelos de gestión están listos para este reto? Aquí cuatro mapas de ruta:
1. Elección: Todos los colaboradores perciben que en este esquema pueden mejorar su calidad de vida, lo cual es sumamente positivo. Por ejemplo, habrá mamás solteras que podrán sumar sus ocho horas de trabajo diarias con cuatro horas muy tempranas luego dos horas de comida con sus hijos, para cerrar con otras cuatro o quizá más vespertinas.
Habrá quienes el “Early Friday” lo pueda hacer desde casa para que al terminar su jornada puedan hacer deporte, cursos de actualización o por qué no aprender un nuevo idioma. En fin, lo importante es entender necesidades, adaptarse y llegar a acuerdos mutuos.
2. Disciplina: Para que este esquema sea también atractivo para empresas y empresarios debe quedar muy claro y en “blanco y negro” los entregables de los colaboradores en bases semanales, quincenales y mensuales. Amén de una serie de KPI (Key Performance Indicators) esperados de este modelo híbrido. Nada peor para aniquilar este método de trabajo que no veas a la gente y que además no estén los resultados esperados.
3. Confianza: Si bien hay en el mercado un sinnúmero de Apps que ayudan al control de quien está trabajando y dónde lo hace desde sus smartphones (Factorial o Teramind, por mencionar algunas) nada sustituye la retroalimentación cara a cara presencial o a distancia.
La elaboración de una minuta de acuerdos para dar seguimiento a los qué y cuándos serán siendo herramientas útiles que nos permitan alertar si los proyectos están a tiempo o en retraso; si se requiere una intervención de un líder o al menos un “task force”.
4. Cultura Laboral: Para que toda la empresa esté alineada, deben estar muy claros los objetivos globales y estratégicos de la organización y perfectamente entendidos por sus colaboradores para que, independientemente desde qué trinchera trabaja cada colaborador, tenga clara su aportación a dicha estrategia.
Los líderes de las empresas deben asegurarse de que las cosas así se van construyendo sin importar si lo haces desde casa, oficina o de un café con internet.