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La Ley de Etiquetado de Advertencia a dos años de su lanzamiento

El reto de la industria está en conocer las diferencias entre categorías, marcas y productos para desarrollar estrategias y atender esta transformación del consumo, considera Juan Carlos Jouve.
vie 30 septiembre 2022 05:59 AM
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Tras entender que el consumo de alimentos y bebidas con sellos no se contrajo en México, la norma por sí sola no ha logrado su objetivo de impactar positivamente en la salud de los mexicanos, considera Juan Carlos Jouve.

(Expansión) - Hace dos años, en México se implementó la NOM-051-SCFI/SSA1-2010, mejor conocida como Ley de Etiquetado Frontal o Ley de Etiquetado de Advertencia. Ésta obligaría a las empresas de alimentos y bebidas a incluir en el empaque de sus productos un etiquetado señalando el alto contenido de sodio, azúcares y grasas, entre otros.

Además, limitaba la estrategia tradicional de comunicación de varias marcas restringiendo el uso de personajes animados en los empaques.

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¿Cómo le ha ido a la NOM-051?

Recordemos que en su momento la norma fue ampliamente aplaudida por diversos actores como la Unicef y la Organización Panamericana de la Salud; sin embargo, tras dos años los resultados parecen debatibles.

El éxito de la iniciativa se debe de analizar desde dos perspectivas. Primero, desde el nivel de adopción de la norma por parte del consumidor, lo que significaría un cambio de hábito en el consumo a consecuencia de los sellos. Y segundo, a partir de su capacidad de integración a un ecosistema mucho más amplio de buenas prácticas nutricionales.

A la luz de estos dos puntos, y tras entender que el consumo de alimentos y bebidas con sellos no se contrajo en México, la norma por sí sola no ha logrado su objetivo de impactar positivamente en la salud de los mexicanos.

Los tiempos y las formas han sido clave para el resultado de la iniciativa.

Previo a la entrada en vigor de la norma, existía preocupación e interés por parte del consumidor para tener un mejor entendimiento de la información nutrimental de los alimentos. Por ejemplo, estudios señalaban que el 13% de los consumidores abandonarían la compra de productos con sellos y el 74% revisarían la información nutrimental para determinar si mantendría o reduciría su consumo.

Sin embargo, la pandemia y el confinamiento vinieron a cambiar drásticamente las preocupaciones al interior de los hogares priorizándose el empleo y la seguridad económica, la salud e higiene, y el cambio de hábitos por confinamiento (más consumo en casa y más tiempo en la cocina).

En cuanto a las formas, la alta saturación de sellos en los anaqueles (físicos o virtuales) afectan negativamente a la iniciativa, pues pareciera no haber suficientes opciones saludables en la mayoría de las categorías de producto; al final del día, los productos que representan el grueso de la venta de alimentos y bebidas tienen sellos (más del 90%).

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¿Existe un lado positivo para la Ley de Etiquetado Frontal?

El consumidor ha desarrollado mayor conciencia sobre la calidad nutricional de ciertas categorías de producto. En algunos casos, el reformular y eliminar los sellos de los empaques ha llevado a una mayor intención de compra; sin embargo, no se puede generalizar.

Así, el reto de la industria está en conocer las diferencias entre categorías, marcas y productos para desarrollar estrategias y atender esta transformación del consumo mediante reformular, reposicionar e innovar.

Sobre el futuro de la NOM-051

Nadie tiene una bola de cristal para poder conocer a ciencia cierta el futuro de la NOM 051. En el mediano plazo, la Ley de Etiquetado seguirá enfrentando un entorno adverso, donde las altas inflaciones y la pérdida de poder adquisitivo difícilmente favorecerán el crecimiento de productos con un alto valor nutrimental.

Hoy en día, el 85% de las categorías de alimentos empacados ha incrementado sus precios por kilo/litro, varias de ellas haciéndolo por encima de la inflación y a doble digito. Los productos saludables y funcionales tienen un precio promedio arriba de la media de su categoría; son, en su mayoría, catalogados como premium, siendo poco accesibles para la mayor parte de la población.

En mi opinión, aún hay mucho por hacer para tener una mejor nutrición en México; no obstante, confío en que industria, consumidores y gobierno podremos trabajar en conjunto para lograrlo. ¿O tú qué opinas?

Nota del editor: Juan Carlos Jouve es Director de Servicio al Cliente de la División Worldpanel de Kantar México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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