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Personas de la tercera edad, ¿un reto solo para fintech?

Si el gran acierto de las fintech es ser sencillas e intuitivas, éste puede ser un gran punto de partida para llegar a las personas de la tercera edad con productos financieros accesibles.
vie 14 octubre 2022 12:01 AM
El reto de la inclusión financiera de personas con discapacidad
Las proyecciones apuntan a que la población adulta mayor será cada vez más extensa y sus necesidades más apremiantes. Cuidar de ellos ahora es cuidar de la sociedad y del futuro de la economía, considera Sebastián Medrano.

(Expansión) - México es un país cuyo sector financiero enfrenta con tres problemáticas de manera simultánea: por un lado, hay una falta de educación financiera sólida de manera generalizada; en segundo lugar, la inclusión financiera actual no termina por atender las necesidades de poblaciones que quedan fuera de los servicios de la banca tradicional; por último, la digitalización de la industria permea de manera muy distinta en regiones y demografías específicas del país.

En años recientes hemos visto que las fintech han crecido como espuma y la razón es que están incorporando soluciones a la medida de las poblaciones más vulnerables del país y donde la demanda de productos y servicios financieros es grande, pues representa una oportunidad para mejorar su calidad de vida.

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Aunque estas compañías han apostado por estas poblaciones, con frecuencia desaparece del horizonte de todas las instituciones financieras una población fundamental para el país en su conjunto: las personas de la tercera edad.

Grandes aciertos

Uno de los grandes aciertos de las fintech es que en su búsqueda por mejorar la oferta en el mercado (sobre todo en términos de poblaciones sin acceso a productos financieros) han apostado mayormente por un segmento joven de la demanda.

La gran facilidad con la que la población joven incorpora las nuevas tecnologías ha sido parte del éxito de las fintech. No obstante, estas compañías se esfuerzan por tener plataformas altamente intuitivas, ágiles y sencillas; ese su gran diferenciador con respecto a la banca tradicional.

En esa apuesta mayoritariamente joven, la realidad es que quedan soslayadas las personas de la tercera edad. Esto no quiere decir que no existan productos para estas personas, sino que llegar a ellos puede implicar un reto mayor en la medida en la que no están familiarizados con la tecnología y su uso.

Si el gran acierto de las fintech es ser sencillas e intuitivas, éste puede ser un gran punto de partida para llegar a las personas de la tercera edad con productos financieros accesibles, que abonen a su independencia financiera y que los apoyen en sus proyectos de vida.

¡Alguien quiere pensar en las personas de la tercera edad!

Sin embargo, llegar a esta población no es tan fácil como parece. Algunas empresas ya han tenido avances, pero aún queda mucho camino por recorrer y un primer paso es, sin duda, la educación financiera con enfoque poblacional.

La educación financiera pensada para los adultos mayores es diferente a la que se brinda a jóvenes, basta con decir que a un joven está más familiarizado con algunos conceptos y acciones como descargar un app; pero en un adulto mayor el background es distinto, pues además de incluir conceptos básicos de finanzas personales, llegar a ellos requiere de inclusión y educación digital.

La independencia es un desafío para los adultos mayores. Hay que considerar que muchos de ellos viven con familiares que pueden asistirlos (incluso económicamente), pero poco más de 40% viven solos y son económicamente activos, es decir, trabajan para contar con una fuente de ingresos.

Además de la remuneración por su trabajo, los adultos mayores perciben pensiones o jubilaciones y apoyos de programas sociales, que tienen que optimizar para cubrir sus gastos mes con mes. De este modo, impulsar las herramientas que brinden una mejor calidad de vida para esta población bien vale la pena.

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Inclusión es la palabra

Para llegar a ellos será necesario pensar en servicios más incluyentes, en toda la extensión de la palabra, ya que el 40.8% de las personas mayores de 60 años vive con alguna limitación y el 18% con algún tipo de discapacidad. Mientras que en la población de 70 a 79 años estas cifras crecen exponencialmente: el 47% vive con limitaciones y el 26% con alguna discapacidad.

Entender que sus necesidades, restos y condiciones en general son diferentes a las del resto de la población es imperativo y requiere segmentar y diseñar productos específicos, algo en lo que las fintech han sabido hacer muy bien.

Otro de los retos que implica el mercado es que los adultos mayores pueden ser más vulnerables ante fraudes o estafas, de ahí la enorme necesidad de brindar educación financiera oportuna y perfilada.

Al final del día el beneficio y el impacto social y financiero serán enormes. Las proyecciones apuntan a que la población adulta mayor será cada vez más extensa y sus necesidades más apremiantes. Cuidar de ellos ahora es cuidar de la sociedad y del futuro de la economía.

Se trata de una tarea titánica de la que ya se han dado los primeros pasos. El camino está trazado, veamos qué más pueden hacer las fintech por ésta y otras poblaciones vulnerables.

Nota del editor: Sebastián Medrano Gallo es economista y especialista en temas fintech. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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