Dado que en México 70% de los diagnósticos de cáncer se hacen en etapa avanzada, el costo es sumamente alto tanto en términos de impacto a los pacientes y sus familias.
(Expansión) - En términos de la salud, probablemente no exista una palabra más catastrófica como el cáncer. Aún y con todo el temor que nos pueda infundir escucharla, debemos cada vez acostumbrarnos más a ella. Tan solo en México, más de 200,000 pacientes cada año son diagnosticados con algún tipo de tumor maligno.
Está entre las tres causas de muerte más comunes en el país, tan solo por detrás de las enfermedades cardiovasculares y las complicaciones de la diabetes y la obesidad. Y dado que en México 70% de los diagnósticos de cáncer se hacen en etapa avanzada, el costo es sumamente alto tanto en términos de impacto a los pacientes y sus familias, como en el costo económico que significa para el sistema nacional de salud.
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Ahora, el impacto es brutal en un grupo de por sí vulnerado en el país: las mujeres. A pesar de reconocer que una de cada ocho mujeres tendrán cáncer mamario en algún momento de sus vidas y que es la causa número uno de mortalidad por cáncer en mujeres, el acceso a diagnóstico temprano, por ejemplo, tener al alcance un estudio de mamografía, es privilegio sólo de algunas grandes ciudades. Los estados con menor ingreso per cápita, sin duda, son de los que menos acceso tienen a un diagnóstico oportuno. De hecho, tan solo una de cada cuatro mujeres que deberían realizarse este estudio anualmente se lo hacen.
Hasta ahora, solo hemos considerado el impacto directo de la enfermedad, sin embargo, existen otros efectos igual de relevantes y que afectan considerablemente cómo una mujer diagnosticada con cáncer puede afrontar y salir adelante de esa terrible crisis de salud: más de la mitad de las mujeres con diagnóstico reciente de cáncer mamario son abandonadas por su pareja y considerando que ellas son el soporte de niños, enfermos y adultos mayores, pues tienen que autocuidarse, lo que significa tener que atenderse a sí mismas dentro del proceso terapéutico, sostenerse económicamente, cuidar de su familia como soporte único y sobrevivir a un sistema de salud que les niega el acceso al tratamiento integral de su enfermedad.
Aunque muchos esfuerzos han destacado por facilitar el acceso a diagnóstico temprano, educación médica y recursos a través de fundaciones y empresas, la verdad es que el componente del retraso en el diagnóstico es más complejo. Tres son las razones por las cuales el cáncer de mama en lo particular, pero el cáncer como enfermedad en lo general, no se diagnostica a tiempo:
Factores personales
Los pacientes tienen miedo de recibir el diagnóstico. La penetración de los programas preventivos de salud es muy baja en la población en general, muchas ocasiones por temas de idiosincrasia.
En muchas comunidades la mujer no tiene permiso para enfermarse o peor aún, aunque sospecha de la posibilidad de tener cáncer, anticipa que será abandonada por su pareja y que la carga económica, de soporte y de la enfermedad le tocará a ella sola, por lo que deciden no acudir por ayuda. “Para qué le busco, luego le encuentro” es una voz muy socorrida para evitar las evaluaciones preventivas.
Factores médicos
La mayoría de mujeres que han sido diagnosticadas con cáncer, ha pasado durante más de ocho meses, siendo vista y revisada por algún médico que no tuvo las herramientas, la experiencia, seguridad o apoyo, para establecer al menos la sospecha de cáncer.
Una mastitis, una dermatitis que no se cura o una deformidad indolora, pasan frecuentemente por las consultas médicas sin ser abordadas desde la óptica de la posibilidad de cáncer. Esfuerzos son realizados por organizaciones para educar, generar sensibilidad y conocimiento para que el médico se sienta seguro y cómodo reconociendo de forma temprana el posible diagnóstico para realizar los programas apropiados de referencia oportunos.
Para muchas mujeres con sospecha o diagnóstico de cáncer, hoy no existe un sistema que le permita ser atendida en el lugar más próximo y eficiente posible. Muchas veces se tienen que trasladar kilómetros de distancia de su hogar, a cargo de ellas mismas, situación que no es sostenible a la larga y que desincentiva continuar con los tratamientos.
El acceso a mamografía, ultrasonido mamario y biopsias por punción, sin siquiera mencionar las pruebas de diagnóstico molecular y genético, solo están disponibles para algunos sectores, particularmente en grandes ciudades. En algún momento el hoy desmantelado Seguro Popular ofrecía una alternativa eficiente a miles de mujeres que no tenían cobertura de salud en el IMSS o en seguridad privada o de bolsillo.
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Acceso a médicos sensibles al concepto de diagnóstico y tratamiento oportuno e integral del cáncer es fundamental para construir un sistema eficiente. El uso de tecnologías como telemedicina, teleradiología y telepatología pueden conseguir que más mujeres en comunidades alejadas puedan tener acceso a diagnóstico temprano.
Pruebas de diagnóstico molecular y genómico pueden distinguir mujeres que requieren tratamientos con quimioterapia de quienes no lo necesitan, disminuyendo así complicaciones por tratamientos innecesarios además de los posibles ahorros económicos de hacer eficientes los recursos para los tratamientos.
Por último, e igual de importante, un esquema financiero que ponga al frente la prioridad de que nuestras mujeres mexicanas son el motor de nuestro país y ameritan todo el soporte y atención del gobierno federal y las instancias estatales de salud.
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Notas del editor:
Esta columna es parte del serial 'El futuro de la salud' de Health Café .
Fernando Castilleja es médico internista y experto en Medicina de estilo de vida e innovación en Salud. Profesor de la Escuela de Medicina del Tec de Monterrey desde hace 20 años. Co-founder de NuupHealth y CEO de Genethic Services. Mentor Endeavor, McCombs Business School en UT Austin, HealthIDS y Nodos Binacionales de Innovación de CONACYT. Síguelo en @FCastillejaMD y/o en LinkedIn .
Juana Ramírez es fundadora, CEO y Chairwoman de Grupo SOHIN. Presidenta de la Fundación Guerreros. Emprendedora Endeavor. Presidenta del Consejo Directivo de la Asociación de Emprendedores de México. Autora de la iniciativa “Medicina con M de Mujer”. Maestra universitaria en la UP y el IPADE Business School. Síguela en @JuanaSohin y/o en LinkedIn .