Hoy no estamos frente a un coctel de variantes, sino ante un océano de subvariantes de Ómicron. De acuerdo con el doctor Daniele Focosi, experto en Virología de la Universidad de Pisa, las mutaciones de Ómicron han dado paso a un universo de subvariantes. Su nomenclatura se ha modificado con velocidad, pero las más recientes son las que se presumen más agresivas.
Cuando surgió Ómicron ocurrió lo que los científicos llaman “evolución divergente”, es decir, el virus se diversificó. Pero ahora estamos frente a otro fenómeno conocido como “evolución convergente”, que se podría explicar como el encuentro de distintas mutaciones que empiezan a aparecer compartidas entre diferentes subvariantes, y así podrían contar con algunas particularidades de unas y otras. De esta forma, el virus puede adquirir nuevas ventajas.
La evolución de Ómicron ha sido frenética, a tal grado que la comunidad científica ha bautizado algunas de sus subvariantes como Cerverus, Tifón, Minotauro (denominaciones que no han sido reconocidas oficialmente por la OMS). Frente a ello, se pronostica que de éstas podría venir una declaratoria advirtiendo de la llegada de una nueva variante.
“Hay algunos rumores no confirmados de que muy probablemente salga una nueva variante ya con un nombre diferente a Ómicron, declarada por la OMS”, dice Carlos Arias, coordinador del Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica (CoViGen-Mex).
De acuerdo con las más recientes actualizaciones del CoViGen-Mex, en el país ya se tienen identificados siete genomas como BF.7 y uno más de BQ.1; casi todos en la Ciudad de México. El primer rastro de BF.7 se registró en agosto y el llamado es estar pendientes del comportamiento de estas subvariantes, pues se cree que podrían tomar ventaja frente a las que han circulado en los últimos meses en México. La subvariante BQ.1.1, que ya se ha hecho presente con fuerza en otros países, aún no se ha detectado en territorio nacional.
“Aún y cuando son subvariantes de Ómicron, se están comportando un poco diferente. Por eso, las semanas que siguen son decisivas para saber cuál será la subvariante dominante o si ya los cambios son suficientes para saber si tenemos una nueva variante de preocupación, con otro nombre”, afirma Mauricio Rodríguez, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus de la UNAM.
Entonces, la posible aparición de una nueva variante, el collage de subvariantes, la disminución de atención a las medidas de salud pública, quizá la temporalidad, son ingredientes que pueden determinar la siguiente ola. Hasta el momento, se espera que ésta provoque menos hospitalizaciones y muertes por la inmunidad que ya hemos generado, ya sea a través de la infección natural y también por las vacunas. Por fortuna, hasta ahora, todas las vacunas siguen protegiendo contra las variantes y las subvariantes.
Las nuevas subvariantes encuentran condiciones muy diferentes a lo que fueron encontrando las subvariantes previas porque ya hay una inmunidad por vacunación muy fuerte y porque también ya hay inmunidad por la enfermedad. Sin embargo, estas nuevas variantes y/o subvariantes se las están ingeniando para escaparse de esto y seguirse transmitiendo.