Crear organizaciones de alto desempeño implica esa claridad que a todos los niveles de la organización se tiene en relación con la visión. La evidencia es contundente: cuando el líder principal –con su equipo ejecutivo- y sus líderes, comunican y refuerzan la visión, buenas cosas pasan. ¿Por qué? Consciente e inconscientemente los colaboradores se alinean en torno al logro de la misma. Es el elemento fundamental de la creación de una cultura de alto desempeño.
El líder de hoy debe visualizar el mañana: una visión clara, lograble, motivadora y excitante al mismo tiempo. Liderar con visión le provee a la organización el camino hacia la realización de su futuro.
El elemento más poderoso para la creación de una organización con resultados sostenibles, a mediano y largo plazo, indiscutiblemente es la visión. Una gran cantidad de líderes minimizan este aspecto fundamental para ser un líder exitoso. Las investigaciones son concluyentes en el poder de la visión, como el aspecto más esencial para lograr un alineamiento de todos los colaboradores, sin importar el nivel organizacional, hacia lo que hay que hacer en el camino para alcanzar la misma.
Es importante aclarar que la estrategia no es efectiva si no tiene una visión claramente definida. Por lo tanto, sin la visión, su ejercicio se vuelve un proceso lleno de objetivos y acciones, pero sin ambición. Obviamente, llevando a la organización a operar de forma cortoplacista y normalmente de forma reactiva.
La visión contesta un aspecto fundamental de lo que es el management, el estilo de gestión de cualquier líder, basado en una pregunta que parece simple, pero poderosa y compleja a su vez: ¿a dónde queremos llegar? Su contestación parecería sencilla, pero la experiencia en contestar esta pregunta en nuestras múltiples intervenciones de facilitación de la gestión estratégica nos revela que ¡su contestación no lo es!, y llegar a ella, en un marco realista… tampoco.
Los líderes principales son responsables de crear la visión de la organización ¿Qué significa esto? La organización que crea una visión diseña el futuro, el largo plazo; define un estado deseado, un estado ideal. Es una expresión de optimismo que repercutirá en dónde la organización quiere estar y, por ende, debe definir una estrategia rentable y sostenible para llegar allá.
Es importante enfatizar que la visión sin rentabilidad no es nada. Toda estrategia y sus respectivas acciones hacia el logro de la visión requieren estar alineadas a tener una operación rentable, con eficiencia y excelencia, así como una gestión de talento efectiva ¡Solo así lograremos alcanzar una visión con impacto!
La visión es ponderosamente importante porque, bien desarrollada, tiene que representar la siguiente fórmula:
Visión = propósito + cultura + valores + estrategia
La visión es el elemento más poderoso para lograr la estrategia de una organización. Ningún proceso de planeación estratégica está completo si no tiene una visión y también un propósito claramente definidos. La visión contesta la pregunta fundamental de una organización, basada en su propuesta de valor, ¿por qué existimos, cuál es nuestra razón de ser? ¿Cómo contribuimos a la sociedad? En nuestras diversas intervenciones en equipos de alta dirección, frecuentemente encontramos que este aspecto se ha obviado.
La visión se transfiere a acciones que expresan esa aspiración de dónde quieren estar. Una visión de impacto, motivadora, energizante, debe ser corta, para que cada líder, cada colaborador, la recuerde e interiorice, y actúe hacia su logro consistentemente.