#EnFotos Argentina, campeón del Mundial de Qatar 2022
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Messi levanta el trofeo de la Copa Mundial de Qatar 2022 en el Estadio Lusail este 18 de diciembre.
Julian Finney/Getty Images
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Lionel Messi de Argentina besa el trofeo de la Copa Mundial de Qatar 2022 mientras sostiene su premio adidas Golden Boot, luego del partido final ante Francia.
Julian Finney/Getty Images
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Un decepcionado Mbappé pasa al lado de la Copa Mundial luego de recibir el trofeo de máximo goleador por su desempeño en Qatar 2022, el domingo 18 de diciembre.
Alex Caparros - FIFA/FIFA via Getty Images
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Gonzalo Montiel anotó el tanto en la tanda de penales que marcó el triunfo de Argentina en la Copa del Mundo de Qatar 2022.
FRANCK FIFE/AFP
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El delantero francés Kylian Mbappé brilló en este partido ante Argentina; fue el máximo goleador de su equipo, Francia, en la final del Mundial de Qatar 2022.
FRANCK FIFE/AFP
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Lionel Messi fue el máximo goleador de su equipo, Argentina, en el partido final del Mundial de Qatar 2022, así como el mejor jugador de todo el torneo.
ODD ANDERSEN/AFP
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Kylian Mbappé luce abatido en el banco luego de la derrota por penales durante el partido final de la Copa Mundial de Qatar 2022.
Michael Regan - FIFA/FIFA via Getty Images
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Los jugadores de Argentina festejan la victoria en el Mundial de Qatar 2022. Es su tercer mundial ganado en su historia.
NurPhoto/NurPhoto via Getty Images
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Mbappé anotó cuatro goles en el partido final del Mundial de Qatar 2022. El primero al 80’ en penal; el segundo al 81’; el tercero al 118’ en penal y el cuarto en la definición por penales.
ADRIAN DENNIS/AFP
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Con semblante de decepción, Mbappé recibió el premio Golden Boot durante la ceremonia de premiación celebrada tras el partido final del Mundial de Qatar 2022.
Anadolu Agency/Anadolu Agency via Getty Images
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Argentina conquistó su tercer Mundial este 2022; los otros dos fueron los de 1978 y 1986, respectivamente.
Dan Mullan/Getty Images
El rating televisivo rompió récords en todos los continentes. En Japón, el partido contra Costa Rica tuvo una audiencia media de 36 millones de espectadores, “un 74% superior a la audiencia media nacional" de Rusia 2018. En Corea del Sur, la transmisión del primer partido de su selección “registró un aumento de audiencia del 97% en comparación con la media de los partidos de Brasil 2014”. Muchos otros récords de audiencia que se rompieron en España, Francia, Portugal, Países Bajos y Estados Unidos, por no mencionar a México, ratificaron el poder de convocatoria del deporte - espectáculo más global.
Pero el poder del futbol va mucho más allá de cifras de asistentes e ingresos económicos. Este fenómeno de masas es también un epicentro del poder “blando”, término usado en la política internacional para referirse a la capacidad de un actor político para incidir y persuadir a otros actores para que actúen de maneras que beneficien al primero sin necesidad del uso de la fuerza. Ya sea por medio de la ideología, la propaganda o una narrativa seductora, aquel logrará imponer, explícita o implícitamente, su opinión, logrando que otros apoyen su causa y, para bien o mal, creyendo que lo hacen bajo su propio criterio.
En su faceta de hoy como el show más exitoso, el futbol es poder blando en su máxima expresión. Es una obra teatral escenificada en un campo de batalla simbólico, dentro y fuera de la cancha. Lo que vemos en pantalla antes, durante y después de un partido es muchísimo más que un deporte competitivo con reglas claras. Es una escenificación de poder, en la que cada decisión institucional sobre cómo se desarrolla el torneo (sus rituales, sus tiempos y sus ejecutantes) está planeada al detalle para representar algo. Ya sea el poder antiguo de los grandes competidores, con su tradición, o la lucha a muerte de los nuevos aspirantes al trono.
Es el poder de los estados nación y el de la institución organizadora. Es el respeto a los símbolos nacionales, la bandera y el himno, es el saludo diplomático de los capitanes y a la vez, la literal guerra a las patadas cuando la pasión desborda a los actores del drama. Es la batalla entre estrategia y espontaneidad unidas por la incertidumbre de quién ganará. Es cada expresión humana de victoria o derrota que, acrecentada en close up, provocará empatía o rechazo, que nos seducirá o nos repelerá, creando poder o conduciendo a la pérdida de él.
Pero además, y esto es esencial en este gran juego de poder, los alcances gigantescos de la difusión televisiva y digital hacen que cada partido se convierta en el escenario más poderoso para defender una causa y enviar un mensaje que se sabe llegará, literalmente, al mundo entero.