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¿Podrías enviarme el código que te llegó?

La lección es clara y simple: jamás facilitar un código que haya llegado a nuestro teléfono o correo electrónico sin importar quién nos lo solicite, apunta Carlos Ramírez Castañeda.
lun 23 enero 2023 06:09 AM
¿Podrías enviarme el código que te llegó?
El factor más vulnerable siempre será el humano y con una historia convincente puede ceder esa llave única que solo el/ella podría tener, apunta Carlos Ramírez Castañeda.

(Expansión) - Así como se lee el título de esta opinión, muchas personas han sido víctimas de usurpación de identidad a través de redes sociales, un tipo de engaño que cobra un auge considerable y del cual debemos conocer el modus operandi.

Aunque parezca más cosa de sentido común el hecho de no compartir ningún tipo de dato e información, muchos usuarios siguen haciéndolo y las consecuencias derivan en temas que los afectan en imagen, integridad y patrimonio.

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Todo comienza cuando por algún canal de comunicación, WhatsApp, SMS, e incluso por conversaciones de Facebook Messenger, alguien nos aborda con alguna historia como que ese número les pertenecía antes y para continuar usando su correo electrónico (o similares) necesita un código que llegó al número; otros casos como que han dado de alta el contacto de legado y la plataforma les solicita el código que llegó.

También uno muy convencional es el que alguien nos contacte afirmando ser una compañía de paquetería y requiere un código que llegó al número para verificar identidad, sea cual sea el caso, por nada debemos compartir ese código, pues en muchas situaciones se trata de hacer un reseteo de password a la cuenta.

La persona malintencionada inserta el código obtenido y así logra tomar el control de la cuenta, usualmente de Facebook de la víctima y en la mayoría de los casos procede a entablar conversaciones solicitando dinero, cosas como que algún familiar está enfermo o tiene una urgencia, proporcionando cuentas que se encuentran abiertas en bancos que no solicitan muchos requisitos de verificación de identidad.

Las víctimas caen y transfieren; aquí la recomendación es antes de hacer cualquier tipo de operación bancaria, cerciorarnos de que la persona con la que estamos hablando detrás de cualquier dispositivo se trata de forma legítima del propietario y no fue usurpada su identidad.

Recordemos las clásicas estafas en donde supuestamente tienen a un familiar secuestrado, los delincuentes juegan con la mente de la víctima induciendo al error y con presión ejercida logran obtener ganancias; este modus operandi de enviar el código de reseteo de contraseña funciona de manera similar, generando una confianza de la víctima para brindar esa información.

En varias de las cuentas usurpadas, las personas malintencionadas continúan esta cadena de obtención de cuentas, pues ya con el control, basta con contactar a los “cercanos” o conversaciones más recientes y sin saber quién está detrás con algún engaño solicitan el código y así se va extendiendo la lista de personas usurpadas y ganancias.

Queda un aprendizaje enorme de manera técnica, pues, aunque tengamos doble factor de verificación activado (cuando te llega un código para el inicio de sesión) el factor más vulnerable siempre será el humano y con una historia convincente puede ceder esa llave única que solo el/ella podría tener.

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La lección es clara y simple: jamás facilitar un código que haya llegado a nuestro teléfono o correo electrónico sin importar quién nos lo solicite; podría tratarse de un intento de usurpación de identidad o de dar de alta nuestro teléfono en una plataforma de mensajería (las posibilidades son varias).

Cerciorarnos que se trata de la persona que “conocemos” y que se encuentra bien es otro de los puntos de supervivencia ante este tipo de engaños, contactar por otras vías podría ayudarnos a ello.

Nuestro número móvil es la llave para abrir diversas cerraduras digitales de cuentas donde tenemos información privada, si caen en malas manos podrían quedar al descubierto conversaciones, fotografías y demás cosas relacionadas, pensemos antes de facilitar el código.

Y cualquier tipo de duda, con gusto te puedo ayudar.

Nota del editor: Carlos Ramírez Castañeda es especialista y apasionado por el Derecho Informático, particularmente en ramas de Ciberseguridad, Cibercriminalidad y Ciberterrorismo. Tiene un Máster en Derecho de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Santiago de Compostela España, Doctor en Administración y Políticas Públicas de México. Es colaborador de diversas instituciones académicas y gubernamentales, profesional siempre interesado en temas de ciberprevención particularmente con sectores vulnerables. Síguelo en Twitter como @Ciberagente . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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