A través de la detección de patrones lingüísticos y frases comunes, el Modelo de Lenguaje Amplio de OpenAI (o LLM, por sus siglas en inglés) ha aprendido a inferir qué palabra es probable que siga a una secuencia, proporcionando así a los usuarios capacidades casi de "lectura de la mente”.
Aunque muchas marcas tecnológicas consolidadas se han apresurado a minimizar la importancia de ChatGPT, sus reacciones sugieren lo opuesto, provocando una especie de "fiebre del oro" de la IA del siglo XXI.
El Hype Cycle para la Inteligencia Artificial de Gartner predice que la IA generativa se convertirá en una tecnología madura de uso generalizado en aplicaciones ajenas a la cadena de suministro en un plazo de dos a cinco años y, aunque la creación de OpenAI tomó completamente por sorpresa a los ámbitos educativo y académico, es poco probable que el propio ChatGPT tenga un impacto material en la forma en que se toman las decisiones en la cadena de suministro en un futuro próximo.
La razón por la que Gartner cree esto se basa fundamentalmente en la forma en que la aplicación aprende. Entrenada con más de 570 GB de datos recopilados de todos los rincones de Internet y más de 300,000 millones de palabras, ChatGPT dispone de un vasto universo de datos del cual "aprender".
Además, Marko Pukkila, Vicepresidente Analista, Jefe de Investigación de la cadena de suministro de Gartner menciona: "Dado que los modelos de la cadena de suministro son tan complejos y específicos para cada empresa, se prevé que la llegada (de la IA generativa) al uso cotidiano se producirá dentro de 10 años". En el mejor de los casos, eso significa que tardará cinco veces más que las aplicaciones no relacionadas con la cadena de suministro.
Una década es mucho tiempo para el sector tecnológico, pero eso no significa que los líderes de la cadena de suministro tengan que sentarse y esperar a que la IA generativa simplemente desaparezca o se desvanezca. Desde el surgimiento de los asistentes de voz como Alexa, Google Assistant y Siri, he creído que la interacción entre humanos y computadoras
cambiará radicalmente.
La llegada de ChatGPT me ha reforzado la creencia de que no estamos lejos de que las interfaces de usuario tengan un cambio importante para volverse más conversacionales. Las computadoras podrán interpretar las solicitudes humanas sin un menú estricto o interfaces de usuario controladas por botones.
Si se le preguntara a ChatGPT cómo podría aplicarse en beneficio de las cadenas de suministro, tendría algunas respuestas interesantes y totalmente plausibles. En resumen, respondería que "ChatGPT puede ser una herramienta útil en la cadena de suministro, ya que ayuda a automatizar procesos, proporciona información y facilita la comunicación y la colaboración entre las distintas partes interesadas".
Aunque la aplicación de la IA a las funciones comerciales (y de consumo) no es un tema nuevo, el repentino revuelo mediático y la avalancha de interés de los consumidores (casi de la noche a la mañana) en torno al ChatGPT, han transformado la conversación sobre la IA en un tema principal que se comenta en diversas esferas, tanto en reuniones de trabajo como en comidas o cenas, tal como cuando la pandemia puso a las cadenas de suministro bajo los reflectores.
Además de la aplicación técnica de la IA generativa en las cadenas de suministro o en cualquier otro sector, hay otras cuestiones que también deben tenerse en cuenta, como los aspectos legales y éticos.
Muchas empresas tecnológicas importantes han evitado introducir productos similares a ChatGPT debido a preocupaciones legales y éticas. Por ejemplo: ¿puede una empresa atribuirse el mérito del contenido generado por un chatbot? O ¿cómo debemos compartir el trabajo que genera la IA?