Si la AI se aplica de manera adecuada, puede ser una herramienta poderosa para mejorar la productividad y la eficiencia en el trabajo, ya que puede ser utilizada para automatizar tareas repetitivas e incluso tediosas, liberando tiempo para actividades más creativas e importantes. Del mismo modo, puede impulsar el desempeño de un sector en concreto; por ejemplo, gracias a la tecnología de reconocimiento de voz y texto, se podría ayudar a los trabajadores con discapacidades a realizar tareas que de otra manera podrían estar limitadas. En la misma línea, se ha podido determinar que el uso de AI puede mejorar la seguridad en los centros laborales, al detectar riesgos y peligros en tiempo real.
No obstante, es importante destacar que la implementación de la AI debe ser cuidadosamente planificada y ejecutada, ya que es necesario asegurarse de que los empleados estén debidamente capacitados y equipados para trabajar con ella de manera efectiva. Además, será indispensable considerar los posibles efectos de la AI en su privacidad y seguridad
Por otro lado, la inteligencia artificial también puede ser un desafío para el personal, especialmente aquel en funciones repetitivas y administrativas que son las más vulnerables a la automatización.
A medida que la IA se vuelve más avanzada, es probable que seamos testigos de una disminución en la demanda de ciertos trabajos; sin embargo, esto no significa necesariamente una disminución neta de empleos. En cambio, es probable que veamos un cambio en la naturaleza del mismo, con una mayor demanda de habilidades que complementen la inteligencia, como la creatividad, la empatía y la resolución de problemas complejos. Además, es probable que surjan nuevos cargos relacionados con la implementación y el mantenimiento de sistemas de ésta.
Otro de los desafíos que podemos observar es la falta de capacidad para replicar la intuición y la empatía humanas, ya que este tipo de herramientas aún no pueden duplicar estas habilidades, lo que podría limitarlas para realizar ciertas tareas, como la toma de decisiones éticas y el trabajo en equipo.
Del mismo modo, podríamos esperar algún tipo de sesgo y de diversidad, ya que, al basarse en datos históricos para tomar decisiones, si estos tienen sesgos incorporados, es posible que la inteligencia también los tenga, lo que podría perpetuar y ampliar los prejuicios existentes, teniendo implicaciones significativas en términos de equidad y justicia social.