La felicidad puede ser profunda o pasajera; como cualquier otro sentimiento, representa una sensación psicológica. Cuando se desvanece rápidamente, se entiende mejor como “placer”, cuando trasciende, yo le llamo “eudemonía” en el modelo Inteligencia Creativa. Los antiguos griegos, en particular Aristóteles, usaban este último utópico término para referirse a aquél punto consciente de florecer en que se ha conquistado el mayor potencial humano, derivando en un sentir de profunda satisfacción y contento.
Ahora podemos sopesar la clave para entender este magnánimo concepto en su nivel más sublime. No se trata de un instante fugaz; es producto de un proceso incesante que requiere un esfuerzo destacado, empleando al máximo los dones que nos ha obsequiado la vida —como la creatividad y la razón— para protegerla.
La felicidad entrañable se detona cuando hemos honrado y utilizado nuestra biología para escudarla frente al entorno caótico de la existencia.
Para llevar esta intención a la práctica, es muy útil nutrir las llamadas cuatro virtudes cardinales, lo cual implica detectar nuestras capacidades y motivaciones para canalizar la energía que generamos con cada acción y pensamiento hacia puertos inteligentes. Por ejemplo, la justicia conlleva controlar los deseos para procurar el bien común, la prudencia para tomar decisiones benéficas y la templanza para encontrar el equilibrio. Finalmente, la fortaleza representa la potencia de controlar dichos miedos y anhelos. La clave está en el autocontrol (no confundir con represión).
Llevando este tren de ideas al siguiente nivel, comparto nueve pilares —que integran el modelo El Triángulo Fractal de la Libertad— que he modelado para resguardar el bienestar y detonar el sentimiento de felicidad en su forma más pura.
1. Fuerza fisiológica
Todo lo positivo comienza con salud y fortaleza física; es vital una alimentación, ejercicio y sueño adecuados. Para mayor referencia sobre la alimentación adecuada, es sumamente recomendable el libro Fuerza Vital de Brian Clements.
2. Fuerza psicológica
La mente se nutre y se conforma con pensamientos; somos lo que pensamos. Por lo tanto, la fortaleza mental se consigue consumiendo las ideas adecuadas, aquellas que invitan al pensamiento crítico e implican un esfuerzo de interconexión. Para este propósito, es esencial leer y contemplar constantemente: más reflexión y menos estímulos pobres y fugaces.
3. Autocontrol
Es alcanzado a través del conocimiento de los condicionamientos biológicos que se manifiestan en deseos para mitigar sus efectos adversos y dirigir la energía que representan hacia grandes propósitos.
4. Inteligencia racional
Ejercitar la facultad racional para detectar causas y efectos lógicos a través de disciplinas como la Física y Matemáticas.