Trasladar las instalaciones de investigación y desarrollo a estos países ha permitido a las empresas conocer mejor los hábitos y preferencias del consumidor local y generar diseños mejores y más rentables, además de incrementar el número de líneas de investigación, tanto para tecnologías novedosas y autónomas como para tecnologías existentes, fomentando la cooperación internacional.
Como resultado, se han producido mejoras incrementales con un acceso más barato a tecnologías clave a través de licencias cruzadas: a cambio de compartir las mejoras con el primer innovador, los investigadores posteriores acceden a la tecnología de base a un costo mucho menor facilitando la comercialización en países de renta baja. Así sucedió con las soluciones de IoT de gama alta, que se desarrollaron a través de colaboraciones multicontinentales.
Algunas de las mayores empresas del mundo están adoptando la innovación inversa como estrategia para muchas ramas de la investigación, así como para mantenerse y triunfar frente a la competencia y entrar al mercado mundial aprovechando los mercados emergentes, los cuales les sirven para evaluar la respuesta del mercado al producto que más tarde introducirán al mercado occidental. Adicionalmente se benefician de las economías de escala, así como de los mayores márgenes de beneficio que obtienen gracias a una producción de bajo costo en los países en desarrollo y a la venta de productos a precios más elevados en el mercado occidental.
Ejemplos de diseños a partir de la Innovación Inversa hay muchos, entre ellos: un aparato de Electrocardiograma desarrollado en Bangalore; un refrigerador de bajo costo que funciona con pilas y utiliza chips de refrigeración, diseñado para satisfacer las necesidades de los consumidores de los países en desarrollo; un purificador de agua que no necesita de electricidad, hecho de ceniza de cáscara de arroz, que utiliza nanotecnología de plata y que puede suministrar agua limpia para una familia de cinco miembros durante un año.
Pero seguramente el más significativo es una centrifugadora médica llamada "paperfuge", un dispositivo manual de 20 céntimos que puede girar a 125,000 rpm y ejercer hasta 30,000 Gs de fuerza centrífuga, diseñada para funcionar sin electricidad, a partir de un juguete manual conocido como “zumbador”, consistente en un botón enhebrado con un cordel que, al estirarse rítmicamente para enrollarlo y desenrollarlo, lo hace girar rápidamente. Un instrumento disruptivo económico y muy eficiente.
Aunque la Innovación Inversa ha dado lugar a más innovaciones o ha ayudado a las empresas a desarrollar productos radicalmente nuevos, este enfoque no tiene por qué significar o ir de la mano de la innovación disruptiva. Podría significar cualquier innovación de producto (ya sea disruptiva, incremental, radical o Kaizen) que se incorpore, se ejerza o se ponga en práctica en el país en desarrollo para crear productos que más tarde se introducirían en los mercados occidentales como soluciones rentables.