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¿Logró la COP28 un acuerdo de eliminación gradual de combustibles fósiles?

Las emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles son -con gran diferencia- el principal motor del cambio climático.
vie 15 diciembre 2023 05:00 AM
¿Logró la COP 28 un acuerdo de eliminación gradual de combustibles fósiles?
El Ministro de Industria y Tecnología Avanzada de los Emiratos Árabes Unidos y presidente de la COP28, Sultan Ahmed Al Jaber, asiste a la sesión plenaria en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP28 en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, el 13 de diciembre de 2023.

(Expansión) - La COP28​ es la vigésimo octava conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se llevó a cabo del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 en Dubái, y que reunió a líderes de gobiernos, negocios, ONG y sociedad civil para alcanzar soluciones concretas a una problemática decisiva actual.

Los acuerdos de las cumbres de la ONU sobre el clima deben aprobarse por convenio entre los casi 200 países presentes. El objetivo es establecer un consenso sobre los próximos pasos que debe dar el mundo entero para hacer frente al cambio climático, y que cada país debe hacer realidad a través de sus políticas e inversiones nacionales.

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El Secretario General, Antonio Guterres, expresó que el éxito de la cumbre de Dubái podría basarse en la eliminación del uso del carbón, el petróleo y el gas de una manera suficientemente rápida como para evitar un cambio climático desastroso, pero parece que se han impuesto los intereses de países petroleros.

En los acuerdos de la COP28 se instó a los países a distanciarse de los combustibles fósiles (a reducir tanto el consumo como la producción de combustibles fósiles de manera justa, ordenada y equitativa, con el fin de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas antes de 2050 o cerca a esa fecha), pero no hay un plan de salida claro. Adicionalmente, se enumeran recomendaciones para los países, tales como:

- Triplicar la energía renovable mundial para 2030.
- Acelerar los esfuerzos para reducir la energía del carbón, pasar a una energía libre de emisiones para mediados de siglo.
- Transición justa de los combustibles fósiles para 2050.
- Acelerar la tecnología para cero emisiones, reduzca las emisiones que no son de CO2.
- Reducir significativamente las emisiones de GEI hasta 2030.
- Acelerar la reducción de emisiones en el transporte.
- Eliminar gradualmente los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles lo antes posible.

Las emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles son -con gran diferencia- el principal motor del cambio climático. Los expertos mencionan que para combatirlo es necesario diversificar las matrices energéticas y aumentar la capacidad de las energías renovables, pero también reducir rápidamente el uso de energías fósiles y ampliar las tecnologías para capturar las emisiones de CO² de la atmósfera. En este sentido, los expertos proponen establecer un impuesto por tonelada de emisión de carbono.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) -organismo que busca lograr un crecimiento y una prosperidad sostenibles para cada uno de sus 190 países miembros- afirma que la fijación del impuesto al carbono permitiría recaudar los billones de dólares necesarios para hacer frente a la crisis climática. Los impuestos sobre el carbono, tradicionalmente impopulares, podrían lograrse con el cumplimiento de las normativas locales o nacionales.

Sin embargo, globalmente los gobiernos se han mostrado reacios a fijar un precio explícito por la posible impopularidad de un nuevo impuesto sobre el carbono. Aunque esto obligaría a que las actividades con altas emisiones reflejen sus verdaderos costos para la sociedad, desincentivando efectivamente el uso de combustibles fósiles.

En el mejor de los casos, la recaudación del impuesto al carbono podría destinarse a las energías renovables y otras tecnologías bajas en carbono, estimulando el mercado para un desarrollo económico descarbonizado y apoyando a una transición hacia la economía verde.

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En México, los estados que aplican este impuesto al carbono son Zacatecas, Tamaulipas, Querétaro, Estado de México, Yucatán y Guanajuato. Por su parte, Colima está en proceso de anunciar su aplicación. Y de acuerdo con un reporte de México2 -plataforma de mercados ambientales del Grupo Bolsa Mexicana de Valores (BMV)- en México, los impuestos al carbono que imponen un valor a las emisiones de gases de efecto invernadero han recaudado 886 millones de pesos en los últimos seis años.

“Es fundamental que México genere rápidamente los mecanismos de mercado para que las empresas contribuyan a la mitigación del cambio climático y aporten a los objetivos ambientales del país”, dijo José-Oriol Bosh, director general del Grupo Bolsa Mexicana de Valores. El impuesto al carbono puede ser pagado por las compañías, o compensarlo utilizando reducciones de emisiones. En 2017, Zacatecas aplicó el primer impuesto de este tipo. A la fecha, cinco entidades más se han unido a la lista: Durango, Estado de México, Guanajuato, Querétaro y Yucatán; mientras que Tamaulipas y Colima están considerándolo. El director general de México2, Eduardo Piquero, hizo un llamado al resto de los estados del país para “fortalecer la competitividad del sector privado mexicano”. Y agregó que “el tiempo se acaba y las empresas necesitan certeza sobre los instrumentos que les permitan urgentemente reducir las emisiones de la forma más costo-efectiva”.

Adicionalmente, los gobiernos subnacionales tendrán que trabajar en reformas fiscales de acuerdo a la vocación económica y circunstancias de cada estado del país, sobre todo los más industrializados. Entidades como la Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León son las de mayor crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y desafortunadamente aún no cuentan en un esquema de impuesto al carbono.

Es necesario concientizar a las empresas para que se sensibilicen y trabajen conjuntamente en contra del cambio climático sin perder su competitividad y apostando por tecnologías limpias en sus procesos de producción. Además, es necesario que los gobiernos formulen políticas públicas que busquen la mitigación y adaptación al cambio climático mediante un balance en el costo social y aceleración de acción climática, colaborando en sincronía con el sector privado.

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Nota del editor: Pablo Necoechea es experto en sustentabilidad y responsabilidad social empresarial. Es Licenciado y Maestro en Desarrollo Económico por la Universidad Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Maestro en Innovación y Competitividad por Deusto Business School, Maestro en Economía por la Universidad Autónoma de Madrid, y Candidato a Doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es Gerente Nacional de Sostenibilidad y Cambio Climático en el Tecnológico de Monterrey. Escríbele a pablo.necoechea@tec.mx Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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