En el año 2013, en México gozamos de una percepción internacional de estabilidad económica y política; vivimos un periodo en el que el país atravesó grandes reformas que permitieron la llegada de nuevas y grandes inversiones en algunos sectores económicos.
Hoy, México es el socio comercial más grande de Estados Unidos de América y es visto como un país de grandes oportunidades de desarrollo y crecimiento a nivel industrial ante la demanda de nuevos espacios y servicios, con altas posibilidades de convertirse en el centro logístico y manufacturero de América.
Uno de los principales apuntes para hacer crecer el desarrollo industrial en México radica en considerar variables como el medio ambiente, el entorno económico y social de la región, así como el nivel de infraestructura y de talento e innovación a fin de entender si existen las condiciones idóneas en cada rubro para materializarlo.
De las 32 entidades del país, sólo Nuevo León, Chihuahua, Coahuila, Baja California, Estado de México y Jalisco son las entidades que tienen un alto desarrollo industrial, según el Índice de Desarrollo Industrial FINSA 2023, lo que si bien es apenas una cuarta parte del país, también revela el potencial de crecimiento que tiene México para desarrollar otros estados en el sur.
Recientemente, en el marco del XXIX Congreso de Comercio Exterior Mexicano, la canciller Alicia Bárcena planteó que aún cuando México es uno de los destinos más importantes aún no ha aprovechado por completo la oportunidad para atraer mayor inversión extranjera derivada del nearshoring, por lo que instó a acelerar la promoción del país para atraer recursos.
Además, Bárcena advirtió sobre la competencia por atraer inversión extranjera de la región Asia-Pacífico y de Europa se abrirá también hacia Vietnam, y pudiera ser que hasta los principales socios de los países que conforman el T-MEC: México, Estados Unidos y Canadá, un riesgo latente por el que urge ‘acelerar el paso’ para convertir al país en el destino de inversión más atractivo de la región.
Esta visión se da en un escenario en el que al primer semestre de 2023 México registró una Inversión Extranjera Directa (IED) de 29,000 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa, cifra superior (+41%) a la reportada durante el mismo periodo en el 2022.
‘Boom’ del nearshoring, en una nueva etapa
Después de dos primeros años del Covid-19, del conflicto entre Rusia y Ucrania y la intensificación de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, México vive una etapa más profunda del auge del nearshoring en la que uno de sus principales puntos a favor es la cercanía con el país vecino del norte.
Esta nueva fase se combina con un alto potencial para atraer inversión y oportunidades a más insumos y producción fuera de lo que se había visto anteriormente.
Si bien la atracción de inversión no será inmediata, sí es latente. Por ello, el principal reto para México es generar las condiciones adecuadas para mantener vivo ese potencial de inversión en un escenario de cautela a nivel político y con cimientos sólidos por el T-MEC y las reglas de origen.