El problema es que, con frecuencia, no sabemos por dónde empezar o qué camino seguir para apoyar a quienes lo necesitan. La excusa recurrente es que, por mucho que nos esforcemos, no seremos capaces de acabar con los males que aquejan a las sociedades.
Si bien es poco factible erradicar el sufrimiento humano, sí que podemos aspirar a disminuir o aliviar el dolor de otros individuos -sobre todo de los grupos más vulnerables-, siempre y cuando se disponga de voluntad para actuar con determinación.
Hay diferentes formas de poner en práctica la generosidad. Aunque la más visible es la aportación de dinero, desde luego, no es la única. Donar tiempo, talento y recursos materiales no monetarios es igual de trascendente.
Alrededor del mundo, son millones de personas quienes asumen el reto de dar lo que esté a su alcance para marcar una diferencia. Su esfuerzo, sin duda, se traduce en resultados tangibles y progreso humano.
Dar dinero
Por lo general, tendemos a pensar que solo los multimillonarios cuentan con la capacidad financiera de aporta donativos en dinero, por lo que pasamos por alto esta opción.
Bajo esta lógica, se asume que pequeñas cantidades de dinero no representan mayor contribución, de modo que no vale la pena el esfuerzo. Esta creencia es falsa, ya que todo suma y ningún gesto de generosidad es vano.
Para muestra de lo anterior, observemos el ejemplo de iniciativas como Teletón, cuyo fundamento es solicitar micro-aportaciones de la gente común para alcanzar metas de dinero sumamente ambiciosas.
Así las donaciones sean de unos pocos pesos, al multiplicarse por millones de benefactores se recolectan cientos de millones para la construcción, en este caso, de centros de salud y rehabilitación que ayudan a personas con discapacidad a lo largo del territorio nacional.
Cada peso cuenta, y son muchas las causas que podemos impulsar a través de pequeños donativos. Existen cientos de fundaciones locales, nacionales e internacionales que se sostienen mediante donativos de gente común dispuesta a ser parte del cambio.
Dar tiempo
El tiempo es, en opinión de muchos, el elemento más preciado, por lo que donar nuestras horas para apoyar a aquellos que lo necesitan es digno de admiración. Dar nuestro tiempo es tan valioso como donar dinero.
La mayoría de las asociaciones civiles dedicadas a atender problemáticas sociales se sirven de voluntarios que suman esfuerzos de manera generosa. Sin su trabajo no sería posible cambiar la vida de miles – e incluso millones- de personas.