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Creatividad e invenciones. Un mejor futuro para la sociedad

La innovación es esencial para el crecimiento económico y el progreso social.
jue 16 mayo 2024 06:01 AM
Creatividad e invenciones. Un mejor futuro para la sociedad
Universidades y centros de investigación requieren impulsar modelos de una profunda comprensión de las dinámicas empresariales y crear los mecanismos que aseguren la circulación, la difusión, el acceso y la aplicación del conocimiento, considera Juan Alberto González Piñón.

El cambio tecnológico es el camino para que los países dejen su condición periférica y prosperen hacia la diversificación de sus actividades industriales y logren una especialización gradual a medida que sus ventajas comparativas se hacen evidentes.

La especialización de una economía se relaciona con el porcentaje de inversión en investigación y desarrollo tecnológico (I+D) como porcentaje del producto interno bruto (PIB); para los países que integran la OCDE, el promedio de este indicador se ubica en 2.5%. México no aumentó su esfuerzo general en I+D y para el 2021 su inversión en este rubro fue de 0.4%.

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La especialización impulsa que una amplia base industrial trabaje en el desarrollo de tecnologías clave, para un país como México este proceso requiere de la cooperación y colaboración de todos los sectores, el objetivo es promover la movilidad intersectorial bidireccional y el establecimiento de líneas de investigación aplicada y desarrollo tecnológico para abordar los desafíos sociales y económicos en todo el espectro. El propósito es crear soluciones simples, sostenibles, accesibles escalables y replicables en la atención a las necesidades de la ciudadanía, en un entorno de mayor equidad de oportunidades como lo requiere la sociedad.

Pensar y construir un futuro mejor para la sociedad mexicana, a través de la ciencia y la tecnología, requiere de un trabajo conjunto entre todos los actores (gobierno, universidades, empresas y ciudadanía) para reducir la gravitación de los procesos financieros centrados en maximizar la utilidad a corto plazo que actualmente se superponen a procesos de cocreación -capaces de hacer realidad el ciclo-, investigación, innovación (crear nuevas soluciones con el fin de que tengan éxito en el mercado) y servicio a la sociedad.

Innovar es un proceso que representa riesgos: nuevas fuentes de inestabilidad, tanto comercial como, especialmente, financiera, y riesgos de exclusión para aquellas líneas de negocio que no están adecuadamente fundamentadas en factores de productividad (eficiencia operativa y comercial).

Las universidades y centros de investigación requieren impulsar modelos de una profunda comprensión de las dinámicas empresariales y crear los mecanismos que aseguren la circulación, la difusión, el acceso y la aplicación del conocimiento. No es posible confiar en la aplicación circunstancial de la tecnología universitaria en el sector industrial.

Estos modelos deberían capitalizar y potenciar los nuevos patrones de especialización productiva en las empresas para aumentar el valor agregado nacional y los contenidos unitarios de ingeniería y conocimientos tecnológicos.

Se debe apuntar directamente a los retos que presenta el sector empresarial e incrementar el apoyo nacional a las actividades de investigación y desarrollo en lo que se refiere a la acumulación de capacidades tecnológicas y el cambio tecnológico, por ejemplo; impulsar la formación de más hombres y mujeres en el campo de la investigación científica, pues de ellos dependerá la creación no solo de nuevo conocimiento, sino también de orientar su aplicación a los campos de la industria. Al 2021, México contaba solo con 358 investigadores por cada millón de habitantes, en contraste con Alemania (5,396), Japón (5,638), España (3,252) y Estados Unidos (4,452).

En el país, la política pública en materia económica debe reconocer que la tecnología juega un papel fundamental en el fomento y el mantenimiento del crecimiento económico a largo plazo; usar la ciencia y la tecnología para crear soluciones que mejoren nuestros sistemas de transporte, el sistema de salud, la seguridad, la industria alimentaria, el sector energético, entre otros.

La innovación es esencial para el crecimiento económico y el progreso social, aquí algunas pautas que pueden llevar al país por este camino:

1. Posibilitar la creatividad (ideas) y la inventiva, impulsadas por empresas, investigadores y otros individuos que se dedican al desarrollo científico y tecnológico.

2. Impulsar la innovación a través de la adopción de las invenciones en el desarrollo y mejora de productos y servicios que requiere la sociedad.

3. Las universidades y centros de investigación deben asistir y participar en la búsqueda de opciones y alianzas con terceros (empresas) en el financiamiento o cofinanciamiento a sus investigadores a lo largo del proceso de concesión de patentes, explotación y comercialización de las invenciones.

4. Las empresas deben reconocer que la investigación, las invenciones y la tecnología presentan nuevas oportunidades, la cuestión fundamental que deben plantearse las empresas es: ¿cuál es la necesidad, el uso y la fiabilidad en la integración del activo intangible en un producto o servicio en el mercado?

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5. Implementar políticas públicas que premien la invención y la creación de empresas de base tecnológica de carácter nacional.

6. Incentivar la investigación aplicada través de asociaciones entre universidades y empresas para acelerar la implementación y desarrollo de nuevas soluciones en áreas de relevancia nacional.

7. Aprovechar las ventajas de la integración de tecnologías que pueden presentar un nivel de rendimiento inferior al de una tecnología existente, pero puede proporcionar muchos beneficios cuando se analiza el sistema en su conjunto.

8. Identificar a los usuarios potenciales, comunicar los beneficios de adoptar nuevas tecnologías (que a menudo implica el reemplazo de alguna tecnología existente) y persuadirlos para que tomen la decisión de adoptar la innovación.

Ninguna nación que espera servir a su ciudadanía puede plantearse quedarse atrás en materia científica y tecnológica. Hoy se requiere un liderazgo conjunto entre ciencia e industria, pues México debe hacerse a la mar en este océano del conocimiento y trabajar arduamente para ganarse el derecho de utilizar la ciencia y la tecnología para el progreso social.

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Nota del editor: Juan Alberto González Piñón es Director Corporativo de Innovación y Transferencia de la Universidad Panamericana. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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