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Diseño de incentivos vinculados al plan de sostenibilidad

La incorporación de incentivos no financieros, como el reconocimiento y las oportunidades de desarrollo profesional, puede profundizar el compromiso y motivar a toda la organización.
mié 17 julio 2024 06:03 AM
Diseño de incentivos vinculados al plan de sostenibilidad
Los incentivos de sostenibilidad frecuentemente representan solo una pequeña fracción del total del fondo de incentivos, lo que es insuficiente para motivar un cambio significativo en el comportamiento, considera Antonio Vizcaya Abdo.

Después de décadas de compromisos en temas ambientales y sociales, las empresas enfrentan ahora el desafío urgente de acelerar la implementación de sus estrategias de sostenibilidad para alcanzar todas las metas y objetivos planteados. Este proceso va más allá de la simple adopción de políticas externas y exige una integración profunda de estos valores en la cultura corporativa.

Una cultura organizativa sólida que respalde estos objetivos es fundamental, ya que garantiza que las operaciones diarias estén alineadas con los objetivos de sostenibilidad y activa la participación de los empleados en todos los niveles.

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Así, para crear una cultura organizativa efectiva que respalde las acciones de la empresa en materia de sostenibilidad, es indispensable diseñar y definir incentivos que estén directamente vinculados con acciones ESG. Estos incentivos deben reflejar los objetivos ambientales, sociales y de gobernanza de la empresa, transformando los compromisos en comportamientos concretos y medibles a lo largo de toda la organización.

Es importante reconocer que el diseño e implementación de incentivos efectivos de sostenibilidad conllevan retos considerables, atribuibles tanto a la complejidad de las intervenciones necesarias como a las diversas expectativas de los stakeholders.

El desafío de implementar incentivos efectivos

Uno de los principales desafíos es la dependencia de KPIs genéricos que no se adaptan a funciones específicas dentro de la empresa, resultando en objetivos que son demasiado amplios y poco efectivos.

Además, la dependencia en métricas cualitativas a menudo resulta en una rendición de cuentas insuficiente, con líderes que se centran más en cumplir requisitos mínimos que en lograr impactos medibles y significativos.

Otro problema es la desconexión de las métricas de sostenibilidad con los aspectos financieros o estratégicos clave, lo que puede relegar estas métricas en las prioridades corporativas.

La planificación a corto plazo también limita la eficacia de los incentivos, ya que muchas empresas solo integran los objetivos de sostenibilidad en sus bonos de rendimiento anuales, ignorando la necesidad de un enfoque a largo plazo.

Además, los incentivos de sostenibilidad frecuentemente representan solo una pequeña fracción del total del fondo de incentivos, lo que es insuficiente para motivar un cambio significativo en el comportamiento. La limitación en la cobertura de los incentivos también reduce su efectividad. Al centrar estos principalmente en los altos ejecutivos y no extenderlos a la gerencia media o a todos los empleados, las empresas dejan de involucrar a aquellos que desempeñan roles operativos cruciales.

Recomendaciones para fortalecer la implementación de incentivos

Frente a estos retos, y reconociendo la importancia crítica de los incentivos para la ejecución efectiva de las estrategias de sostenibilidad, es imperativo que las empresas realicen una revisión exhaustiva y ajusten sus políticas para optimizar la alineación de estos incentivos con los objetivos de sostenibilidad a largo plazo.

Para fortalecer esta alineación, es fundamental desarrollar métricas que no solo sean medibles y específicas, sino que también reflejen de manera precisa el impacto de las acciones sostenibles. Estas métricas deben ser diseñadas para garantizar que los incentivos sean claros y directamente conectados con resultados sostenibles tangibles, permitiendo así una evaluación efectiva de los avances hacia los objetivos ambientales y sociales.

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Además, es crucial ampliar la cobertura de los incentivos para abarcar no solo a los altos ejecutivos, sino también a la gerencia media y otros empleados esenciales. Esta expansión es clave para fomentar una cultura de sostenibilidad robusta en todos los niveles de la organización, asegurando que cada miembro del equipo se sienta motivado y capacitado para contribuir a estos esfuerzos.

La incorporación de incentivos no financieros, como el reconocimiento y las oportunidades de desarrollo profesional, puede profundizar el compromiso y motivar a toda la organización. Estos incentivos sirven para destacar y recompensar el liderazgo en sostenibilidad, promoviendo un entorno en el que las iniciativas sostenibles sean valoradas y celebradas.

Finalmente, es esencial mantener revisiones y actualizaciones regulares de las estrategias de incentivos para responder de manera proactiva a un entorno global que cambia rápidamente. Esta adaptabilidad garantiza que las empresas no solo alcancen sus metas de sostenibilidad, sino que también sean catalizadores de un cambio auténtico y duradero, alineando sus prácticas comerciales con las necesidades del planeta y sus habitantes.

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Nota del editor: Antonio Vizcaya Abdo, consultor en distintas organizaciones y profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México enfocado en Sostenibilidad Corporativa. Reconocido por LinkedIn como Top Voice en Sostenibilidad. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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