El proceso electoral de Venezuela en 2024 ha estado marcado por una oleada de desinformación que afecta la percepción pública. La polarización política, la manipulación mediática, la falta de transparencia y el uso de redes sociales han creado un entorno en el que prosperan las noticias falsas, dificultando la capacidad de los ciudadanos para tomar decisiones informadas.
Las razones de la desinformación en el proceso electoral de Venezuela 2024
Diversas organizaciones verificadoras como AFP Factual , Reuters Fact-Check y VerificadoMX han registrado numerosos bulos, noticias falsas y videos o imágenes descontextualizados que se han hecho virales en las últimas semanas. Entre los ejemplos más representativos de noticias falsas se encuentran videos antiguos de protestas y alzamientos militares presentados como actuales, imágenes de eventos en otros países difundidas como si fueran locales, audios atribuidos falsamente a figuras públicas sobre comentarios controversiales, y gráficos falsos que muestran resultados electorales que suman más del 100%.
Estas desinformaciones buscan manipular la opinión pública y socavar la confianza en el proceso electoral. A decir de Mariela Torrealba, directora del Observatorio Venezolano de Fake News , “en los últimos meses la elección ha estado marcada por la desinformación originada principalmente por el Gobierno de Nicolás Maduro”. Para los periodistas y verificadores, desmentir las narrativas desinformadoras supone un gran esfuerzo, sobre todo en un país cuyo gobierno ha sido señalado de restringir la libertad de prensa.
De acuerdo con el Observatorio Digital ProBox , los medios tradicionales están alineados con la narrativa oficialista y el régimen ha bloqueado más de 60 portales web informativos. En consecuencia, el 28 de julio, día de las elecciones, organizaciones, medios independientes y ciudadanos hicieron uso activo de todos los espacios digitales para informarse, para el reporte y la denuncia. En X, antes Twitter, se registró el récord histórico de mayor cantidad de etiquetas sociopolíticas posicionadas en un solo día en la data de ProBox.
El clima político y la desinformación en Venezuela también están marcados por la difusión de encuestas consideradas falsas. La ONG Medianálisis denunció recientemente que seis firmas encuestadoras “sospechosas” promocionaron coordinadamente a Maduro como favorito a ganar las elecciones. “Son de reciente creación y dudosa credibilidad”, asegura. “Las seis firmas encuestadoras han publicado 37 encuestas sin ficha técnica y dudosa metodología”, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Fake News.
Guerra de narrativas y falta de educación mediática
Si en condiciones normales la verificación de información es un desafío, en estas condiciones lo es más. Ante el bloqueo de páginas web, los verificadores están volcando sus esfuerzos para desacreditar la desinformación a través de las redes sociales. Y es que aunque la tendencia a la desinformación no es nueva, ha ganado una dimensión alarmante debido a la creciente sofisticación de las tecnologías de información y la polarización política que caracteriza al entorno venezolano.
La división profunda entre quienes apoyan al gobierno de Nicolás Maduro y aquellos que respaldan a la oposición ha llevado a la creación de narrativas contrapuestas, donde cada bando intenta imponer su versión de los hechos. Esta polarización no solo afecta a los medios tradicionales, sino que se extiende a las redes sociales, donde circulan versiones manipuladas de la realidad. Esta guerra de narrativas facilita la diseminación de información falsa, pues tanto partidarios como detractores del gobierno tienden a compartir contenido que refuerza sus creencias, sin verificar su veracidad.
Las redes sociales han jugado un papel crucial en la difusión de desinformación durante las elecciones de 2024 en Venezuela. Plataformas como Facebook, Twitter, y WhatsApp han facilitado la diseminación de noticias falsas, alcanzando a millones de personas en cuestión de horas. Los algoritmos de estas plataformas, que tienden a priorizar contenido sensacionalista, agravan la situación, ya que el contenido falso y polarizante es a menudo más visible que las fuentes fiables. Además, la capacidad de estas redes para segmentar audiencias ha facilitado la creación de campañas de desinformación dirigidas a grupos específicos, exacerbando la división social.
Asimismo, la falta de educación mediática en la población venezolana es un problema subyacente que facilita la propagación de la desinformación. Muchos ciudadanos carecen de las herramientas necesarias para analizar críticamente la información que consumen. La falta de programas educativos que fomenten el pensamiento crítico y la verificación de fuentes agrava la situación, permitiendo que la desinformación se difunda sin ser cuestionada.
En definitiva, la desinformación en torno a las elecciones de 2024 en Venezuela es un fenómeno complejo, impulsado por una combinación de factores políticos, sociales, y tecnológicos. Para enfrentar este desafío, es esencial promover el alfabetismo mediático, fortalecer las instituciones democráticas, y garantizar la transparencia en el proceso electoral. Solo así se podrá mitigar el impacto de la desinformación y proteger la integridad de las elecciones en Venezuela.
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Nota del editor: Maricarmen Fernández Chapou es Profesora investigadora del Observatorio de Medios Digitales del Tecnológico de Monterrey. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.