En un entorno laboral en constante evolución, la salud mental se ha convertido en tema crítico que las empresas hoy toman cada vez más en serio. La pandemia dejó en evidencia la importancia de cuidar la salud mental de los colaboradores, subrayando que el bienestar emocional es esencial no solo para la calidad de vida individual, sino también para el éxito y productividad de las organizaciones. Es necesario reflexionar sobre cómo la salud mental puede ser vista como un activo estratégico que impulsa la competitividad empresarial y cómo la tecnología juega un papel crucial en esta transformación.
Burnout, el peor enemigo de la competitividad
Diversos estudios han demostrado que un ambiente laboral que fomenta la salud mental se traduce en una mayor productividad, menor rotación de personal y, por ende, mejores resultados financieros. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), por cada dólar invertido en la salud mental puede generar un retorno de cuatro dólares en mejoras de la salud y la productividad. Sin embargo, a pesar de estas estadísticas, muchas empresas aún ven la salud mental como un gasto, en lugar de una inversión.
Una de las barreras más significativas para promover la salud mental en las empresas es el estigma que aún rodea a este tema. Muchos colaboradores sienten que no pueden expresar sus problemas emocionales por miedo a ser juzgados o a sufrir consecuencias en su carrera. Es fundamental que las organizaciones promuevan una cultura que priorice el bienestar integral de las personas y así crear un entorno seguro para la libre expresión de todos los que necesitan apoyo para mejorar su bienestar emocional y mental.
Otro dato para poner atención es que la OMS estima que al menos el 75% de la población económicamente activa en México padece de estrés laboral, lo que plantea serias preocupaciones pues, de no atenderse, este estado en la vida corporativa se traduce en rotación, ausentismo e insatisfacción. En ese sentido, la tecnología se ha convertido en un aliado en la atención de la salud mental en el entorno laboral. Las plataformas digitales que ofrecen terapia en línea, aplicaciones de meditación y herramientas de autoevaluación son ejemplos de cómo la innovación puede facilitar el acceso a recursos que antes eran limitados.
Estas soluciones brindan apoyo inmediato a los colaboradores y permiten a las empresas recopilar datos valiosos sobre el bienestar de su fuerza laboral. Este enfoque basado en datos permite identificar áreas críticas que requieren atención y diseñar intervenciones personalizadas que se alineen con las necesidades específicas de cada equipo. Un ejemplo de esta sinergia entre tecnología y salud mental es el uso de aplicaciones que permiten a las personas realizar un seguimiento de su bienestar emocional a lo largo del tiempo.
A medida que las empresas comienzan a adoptar un enfoque más holístico hacia la salud mental, se requerirá definir métricas claras para evaluar la efectividad de las iniciativas implementadas. Esto puede incluir encuestas de satisfacción, tasas de retención de empleados y mejoras en el rendimiento general. Al medir estos resultados, las organizaciones podrán ajustar sus estrategias y demostrar el impacto positivo que la inversión en salud mental tiene en su competitividad y rentabilidad.
La salud mental debe ser vista como un activo estratégico en el mundo laboral actual. Fomentar el bienestar emocional de las personas en los entornos de trabajo mejora su calidad de vida, impulsa la productividad y el éxito financiero de las empresas. Al adoptar un enfoque proactivo y centrado en la tecnología, las organizaciones pueden derribar barreras, normalizar lo que implica la salud mental y crear un ambiente donde todos los colaboradores se sientan apoyados y valorados.
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Nota del editor: Alberto Fernández es Director General de Mi Mente. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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