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Capitalismo consciente, una brújula para startups

El capitalismo consciente no es solo un faro en medio del caos, es el motor que nos reta a ir más allá del 'status quo'.
jue 19 septiembre 2024 06:04 AM
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El verdadero éxito está en cómo una empresa puede generar valor no sólo para sí misma, sino también para su equipo, clientes, cadena de proveeduría y sociedad, considera Jorge Sánchez García.

Ya pasó de moda ser el “empresaurio” tirano que sólo ve reportes de ventas y cobranza para saber cómo está su negocio. ¿Y ahora qué sigue? El capitalismo consciente, puede convertirse en la brújula que nos guíe, como empresarios y emprendedores, hacia la construcción de negocios exitosos.

En un país con estructuras de liderazgo profundamente verticales y en entornos laborales donde a las personas se les llama “recursos” humanos es fundamental recordar que el verdadero valor de una compañía no sólo radica en sus ganancias económicas, sino en su capacidad para generar impacto positivo en el entorno.

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El capitalismo consciente no es solo un faro en medio del caos, es el motor que nos reta a ir más allá del status quo. No se trata de tener una frase inspiradora colgada en la pared, sino de tener una razón para existir y llevarla a todos los aspectos de nuestra empresa, ¿por qué hacemos lo que hacemos? Más que una misión es una declaración de guerra contra la arquetípica tradición empresarial.

Para que el propósito realmente funcione debe estar íntimamente conectado con el mercado y centrado en un problema. Es fundamental que elijas un mercado y te enamores de uno de sus problemas para crear soluciones innovadoras. En las startups, esta conexión es clave: cuando tú y tu equipo se comprometen apasionadamente a resolver un problema, el propósito se convierte en una fuente inagotable de energía.

La dualidad del jinete y el elefante

Para explicar el valor del propósito recurriré a la metáfora del jinete y el elefante de la que se habla en el libro “Switch”. Nuestro lado emocional es un elefante y el racional, su jinete. El primero busca la gratificación inmediata, el segundo tiene la capacidad para ver a largo plazo y planificar.

Montado sobre el elefante, el jinete sujeta las riendas y parece ser el líder, sin embargo, su control es frágil. En el mundo de los negocios, y especialmente en el de las startups, es esencial alinear nuestra razón con nuestra motivación y para lograrlo está el propósito, sólo a través de él podrás superar la cantidad infinita de crisis que tendrás en el camino del emprendimiento.

Ego & eco

Un reto fundamental, al delinear nuestra estrategia de negocios, está en la lucha entre el ego (sistema) y el ecosistema. Platicando con Thomas Eckschmidt, cofundador del movimiento de Capitalismo Consciente y autor de varios libros sobre el tema, reflexionar sobre esta dicotomía es quizás el mayor desafío que enfrentan las empresas.

A riesgo de poner el dedo en la herida, la pregunta que debemos hacernos es: ¿en qué medida nuestro ego y nuestro “eco” guían las decisiones en la empresa? Esta lucha interna entre el ego, que representa el enfoque centrado en uno mismo y el ecosistema, que aboga por el progreso colectivo, es crucial.

Durante mucho tiempo, el capitalismo tradicional ha estado dominado por el ego, priorizando la ambición del inversionista o del CEO. Este enfoque ha llevado a decisiones impulsadas por el beneficio personal, donde el éxito se mide en términos de ganancias individuales, sin considerar el impacto en la comunidad.

El capitalismo consciente busca cambiar esta realidad. Las empresas ya no pueden prosperar si solo se centran en el ego. El verdadero éxito está en cómo una empresa puede generar valor no sólo para sí misma, sino también para su equipo, clientes, cadena de proveeduría y sociedad.

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No es un lujo, es una necesidad

Para las startups, la adopción de esta postura es una necesidad. En un entorno de alta competitividad y cambio constante, aquellas que se aferran al egoísmo económico están destinadas a fracasar. La cuestión, y en esto también coincido con Thomas, está en tomar decisiones que beneficien a todos para lograr un crecimiento sostenible.

Es hora de desafiar lo que entendemos por “éxito”. ¿Se trata de amontonar riqueza sin importar a quién pisamos, o de construir un legado que realmente deje huella? Para los empresarios, este no es un juego de elección; abrazar un modelo consciente no es una opción de lujo, es la única ruta para que sus negocios no solo sobrevivan, sino que dominen en un mundo que exige más impacto y menos excusas.

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Nota del editor: Jorge Sánchez García es socio director de Apolo 25. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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