Suelen ser vistos como autoritarios, obtusos, desconsiderados, pero antes de todo eso son personas. Los jefes, hoy, lidian con un explosivo coctel de circunstancias que pueden poner en riesgo su salud mental. Frente a eso, y para ser constructores del futuro, los capitanes de empresas tienen un solo camino: desarrollar un profundo ejercicio de conciencia que les permita reconocer su imperfecta condición humana.
#Entrelíneas | Salud mental, el retrato (poco conocido) de los jefes
La semana pasada, en el marco del X Aniversario de Expansión Summit, sostuve una breve conversación con alguien que ha disfrutado (y sufrido) el llevar las riendas de una empresa: María Teresa Arnal , quien después de varios años de asumir posiciones de control, ahora tiene claro el camino que todo líder debe emprender para cumplir con sus objetivos sin atentar contra su propia integridad y bienestar.
Aquí algunos de sus apuntes y reflexiones:
Primero muerto, antes que vulnerable… No, una de las reglas básicas para los jefes, en un mundo turbulento, agitado, frágil e incierto, es reconocer su vulnerabilidad. Aún más, se vale renunciar en momentos en los que el capitán del barco reconoce que no tiene las condiciones para seguir navegando y llevando a la tripulación a nuevos horizontes. En ese momento, él o ella pueden decir que hasta ahí llegó.
La cima es el sitio más solitario del mundo, por lo que, para sobrevivir a esa circunstancia, los jefes deben desarrollar un profundo ejercicio de conciencia que les permita, entre otras cosas, visibilizar a plenitud dónde están parados y qué tienen que accionar para liderar con conciencia, considerando que el entorno no va a cambiar, lo que los obliga a no ser presas del entorno.
Así, uno de los principios que todo líder debe tomar en cuenta es que, al margen de las facultades que detente, no hay forma de que pueda detener todas las cosas que lo rodean, pero sí puede tomar la decisión de transitarlas de otra manera; para eso, tiene que fomentar una actitud de aceptación y no juicio.
Después de ese ejercicio de conciencia, María Teresa Arnal comparte otros elementos para liderar en el futuro:
Uno, tú como líder no puedes cuidar a los demás si no te cuidas a ti mismo. La realidad es que, si tú no te cuidas a ti mismo y no tomas en cuenta tu bienestar, los demás a tu alrededor no van a estar bien, y eso incluye no solo a tus colaboradores, sino también a tu familia y amigos.
El líder, por lo tanto, debe estar en paz y tener claro dónde tiene puesta la atención. El entorno no cambiará, seguirá siendo el que es, pero, para enfrentarlo, debe entender que en el ojo del huracán hay calma y, ahí, ella o él deben reconocerse, pensar en el presente, centrarse, dejar ir lo que tenga que irse y enfocarse en la estrategia.
La atención, entonces, es otro atributo. Mark Twain decía que las peores cosas de la vida nunca sucedían, de tal forma que el líder tiene que permitirse pausas durante el día, que le permitan entender sus contextos, las cosas que controla, pero sobre todo aquellas que escapan a su control; así como no caer en la falacia de la planeación y en la tendencia a ser muy optimista o muy pesimista en el plan.
“Para poder tener perspectiva, necesitamos tener la mente en balance. Al ser conscientes de los pensamientos y las emociones, se puede ganar claridad sobre los patrones de pensamiento que influyen en el bienestar mental. Esto fomenta la toma de decisiones más consciente y un enfoque centrado en la solución de problemas”, añade Mariate, como suele llamarle su círculo cercano.
Además, el líder tiene que ser compasivo consigo mismo, porque si no lo es no tendrá ninguna condición, ninguna oportunidad de ser compasivo con los demás y, luego entonces, vendrán los problemas en y para la organización. En estos tiempos, hay una extraña dinámica a confundirse y a olvidarse de que en una organización se trata con personas y no con fichas de ajedrez. Bajo ese entorno, es necesario que, aún y cuando tomen decisiones difíciles y a veces incompresibles para los demás, el líder debe tener en cuenta que trabaja con personas.
Después se presenta otro elemento por añadidura. Claridad. La vista y los oídos nos permiten percibir las sensaciones que gravitan en un entorno. Los jefes, como cualquier persona, deben despertar sus sentidos y, también, desarrollar su inteligencia para que así florezcan las mejores ideas.
Para tener clara la dirección, el líder debe preguntarse: ¿para qué estoy haciendo esto?, ¿por qué?, ¿hacia dónde quiero ir en mi vida?, ¿qué es lo que verdaderamente valoro?, ¿qué cualidades tengo y cuáles quiero cambiar?, ¿qué de esto que estoy haciendo en mi día a día me ayuda a conectarme con lo que quiero y lo que me genera bienestar? El mensaje, al final, es tener muy presente que nada fuera de ti puede darte la felicidad verdadera y duradera.
“Una de las cosas que tienes que hacer es generar visión para tu equipo y claridad sobre hacia dónde vas; si no tienes claridad de quién eres y a dónde vas, no puedes llevar a ningún equipo a ningún lado”, añade Mariate.
Desarrollar una actitud de aceptación hacia los desafíos de la vida no significa resignación, sino una mayor capacidad para enfrentar dificultades sin dejarse abrumar por ellas, lo que a su vez fortalece la resiliencia. Nuestra mente puede ser nuestra mejor amiga o nuestra peor enemiga. Por eso, la fórmula es: conócela, obsérvala, entrénala.
El siguiente tema fundamental y que suele perderse de vista, sobre todo ahora que está muy de moda estar muy ocupado, es fomentar las buenas relaciones.
El factor número uno de longevidad y de bienestar para todos los seres humanos es el fomento de las buenas relaciones; eso no significa networking, la clave está en tener relaciones, espacios seguros y vínculos importantes.
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El mundo está cambiando. Las mujeres siguen asumiendo más posiciones de control y, por fortuna, eso ya nadie lo podrá evitar.
Bajo esos términos, María Teresa Arnal comparte un último consejo para ellas:
Encuentren un espacio para ustedes que sea solo suyo y de nadie más. No se pongan más en el último eslabón de la cadena (trabajo, familia).
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Nota del editor: Jonathán Torres es socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing; periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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