En plena revolución digital, pareciera que todo lo que es nuevo e innovador llega para desplazar lo conocido y tradicional. El auge de herramientas de pagos virtuales, billeteras, sistemas contact-less y la riqueza del mundo online pinta un ecosistema financiero centrado en lo tecnológico. Pero, ¿es realmente así?
El efectivo, ¿un puente hacia las finanzas digitales?
Algunas economías en pleno crecimiento, como la mexicana, continúan teniendo al efectivo como protagonista, tanto es así que, de acuerdo con el reporte anual de Banxico, el 90% de la población encuestada utiliza dinero físico para sus gastos diarios. Números abismales pero reales sobre cómo este método de pago sigue siendo el número uno.
¿Significa que México va en contra de la corriente? No, al contrario. Es un país con más de 770 fintechs locales que brindan nuevos productos y servicios para agilizar el manejo de las finanzas y diversificar la rueda de pagos, no me atrevería a decir que no forma parte de la ola digital. Pero sí es innegable que el efectivo continúa como el favorito a la hora de pagar. Sin embargo, aquí hay una oportunidad. También puede ser el “caballito de troya” hacia las finanzas digitales.
Un puente entre dos mundos
De lo real a lo digital, creo que algo tan habitual y tradicional como el dinero físico gana un nuevo rol entre tantas novedades financieras: puede ser la clave para complementar lo tradicional con lo virtual, sobre todo para aquellas personas que no conocen los servicios digitales o no desean cambiar. Los puntos de retiro y depósito de dinero son un ejemplo claro de cómo el efectivo puede complementar la virtualidad, en lugar de competir con ella.
Además, como alternativa para la gran población no bancarizada del país, el manejo de dinero en corresponsalías puede ser el primer paso a la inclusión financiera. Imaginemos lo siguiente: una persona con billetes en su bolsillo se acerca por primera vez a una tiendita para depositar su dinero en una cuenta digital. En un camino tradicional, en la “tiendita de toda la vida”, una persona realiza su primer acercamiento al mundo digital. De forma gradual, esta experiencia puede desembocar interés por la bancarización, el mundo digital, otros métodos de pago, nuevas formas de inversión y manejo de finanzas... Se abre una puerta llena de posibilidades para la inclusión y la educación financiera.
Simple, pero revolucionario, el uso de servicios de prepago, extracciones o depósitos en cuentas virtuales desde puntos físicos pueden ser extremadamente significativos, sobre todo en zonas de alto rezago social.
México es un escenario particular y creo que es esencial aprovecharlo. Es un país donde puede haber colaboración, un puente entre dos mundos. Creo que la popularidad de las tienditas y corresponsales bancarios, en conjunto con el uso del efectivo, demuestra los hábitos de los mexicanos con claridad. Y es de suma importancia que las fintechs y paytechs lo aprecien para poder brindar herramientas que se ajusten al escenario real y aporten tanto al ecosistema como a la vida diaria de millones de mexicanos.
El efectivo no se irá a ninguna parte
Hay un refrán conocido en la región que dice “si no está roto, no lo arregles. Si funciona, hazlo más”. Los mexicanos ya confían y utilizan el efectivo: estoy convencido de que la verdadera innovación no es la herramienta que busca erradicarlo y reemplazarlo por opciones digitales, sino encontrar la manera de potenciar su presencia de forma eficiente e impulsar cambios de valor, como una cultura de inclusión y educación financiera.
Quizá en los próximos años, los hábitos de los mexicanos cambien y la popularidad de otros servicios y herramientas me sorprendan, al fin y al cabo, lo maravilloso de la innovación es que es impredecible. Sin embargo, creo que nuestros esfuerzos deben estar, por un lado, en ofrecer soluciones y servicios de máxima calidad. Por otro lado, en brindar una experiencia de pago tan diversa y efectiva que las personas puedan apostar a cualquier método con tranquilidad, seguridad y confianza, donde tengan un abanico de opciones y puedan elegir en base a sus preferencias, no sólo en lo que conocen o tienen a su alcance.
Cuando hablamos sobre el ecosistema financiero en México y en Latinoamérica, impulsar una pluralidad de métodos de pago siempre será fructífera a largo plazo, ya que la diversidad para administrar nuestras finanzas siempre será la mejor inversión.
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Nota del editor: Tomás Mindlin es CEO y Co-Founder de tapi. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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