En el dinámico mundo empresarial actual, el alcance de los equipos de liderazgo va más allá de únicamente la gestión operativa y financiera, uno de los pilares fundamentales para el éxito sostenible de las empresas es la difusión y adopción de prácticas de inclusión y diversidad. Los líderes tienen la capacidad y más importante aún, la responsabilidad de ser modelo a seguir, para crear un entorno donde cada empleado tenga la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.
Responsabilidad desde el equipo de liderazgo con diversidad e inclusión
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Según un estudio de McKinsey & Company, en México las empresas que implementan políticas de diversidad e inclusión tienen un 25% más de probabilidades de ser más productivas. Estas prácticas son esenciales para la innovación, la creatividad y el crecimiento. Un equipo diverso aporta una variedad de perspectivas y experiencias que enriquecen la toma de decisiones y fomentan un ambiente de trabajo más dinámico y adaptable a las necesidades del mercado. La inclusión, por su parte, asegura que todos los empleados se sientan valorados, respetados e integrados, independientemente de sus antecedentes, género, orientación sexual, raza o capacidades.
Los miembros de los equipos directivos deben ser los primeros en adoptar y promover prácticas inclusivas, deben trabajar de forma continua para mejorar e inspirar a todos los miembros de la organización sin distinción. Un compromiso visible y auténtico con la diversidad e inclusión es fundamental para cualquier empresa. Esto puede incluir la participación en programas de formación, asistencia a eventos y foros que den visibilidad a estos temas, además de mantener una comunicación regular sobre la importancia de estos valores dentro la organización.
En México, según un estudio del IMCO, la proporción de mujeres en direcciones generales disminuyó del 4% al 3% en el último año. Este tipo de resultados subraya la importancia de implementar políticas que promuevan la igualdad de oportunidades, tales como procesos de selección y promoción transparentes, programas de mentoría para grupos minoritarios o vulnerables, y medidas para asegurar la equidad salarial.
Fomentar una cultura laboral donde el respeto y la empatía sean valores fundamentales es otro aspecto clave, es importante tomar decisiones enfocadas principios clave como la la responsabilidad y reciprocidad para todos los miembros de la organización. Esto incluye la creación de espacios seguros para que los empleados expresen sus inquietudes y la implementación de programas de apoyo para garantizar el bienestar emocional y mental. Promover la diversidad en los niveles más altos de la organización también es esencial, un equipo de liderazgo diverso no solo sirve como modelo a seguir, sino que también asegura que las decisiones reflejen una amplia gama de perspectivas.
En empresas globales como en la que colaboro, es fundamental implementar espacios de escucha como los Associate Representative Groups (ARGs). Estos grupos de representación proporcionan un entorno seguro donde los empleados pueden compartir sus experiencias, apoyarse mutuamente e impulsar cambios dentro de la organización, al mismo tiempo que fomentan la innovación y la creatividad al integrar diversas perspectivas. La verdadera inclusión va más allá de la representación; se trata de crear un entorno donde cada empleado tenga la oportunidad de desarrollarse y prosperar.
En términos de clima laboral, un informe de tendencias de Randstad indica que un ambiente de trabajo positivo puede aumentar la productividad hasta en un 20%, es así como ofrecer oportunidades de formación y desarrollo profesional para todos los empleados, asegurando que tengan las herramientas y recursos necesarios para avanzar en sus carreras, es fundamental. Reconocer y celebrar los logros y contribuciones de todos los empleados, promoviendo una cultura de reconocimiento y aprecio, también es crucial. Implementar políticas de trabajo flexible y programas de apoyo que permitan a los empleados equilibrar sus responsabilidades laborales y personales es otro aspecto importante y muy valorado por los empleados en la actualidad.
Además, establecer métricas claras para evaluar el progreso en términos de diversidad e inclusión y rendir cuentas regularmente es igualmente importante. Esto puede incluir encuestas de clima laboral, análisis de datos de diversidad al interior de la organización y la implementación de planes de acción basados en los resultados.
En conclusión, la responsabilidad desde el equipo de liderazgo en la promoción de la diversidad y la inclusión es crucial para el éxito a largo plazo de cualquier organización. Al ser modelo a seguir en prácticas inclusivas, los líderes empresariales no solo fortalecen la cultura organizacional, sino que también crean un entorno donde cada empleado desarrolla un sentido de pertenencia lo cual contribuye a su crecimiento y a la innovación continua de la empresa misma.
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Nota del editor: Lucía Kuri es Vicepresidente P&O (People & Organization) de Mercados Emergentes en Mars Wrigley. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.
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