Como suelo hacer, te presento aquí algunas guías de ruta de lo que pienso deberán de ser mapas en donde deberemos navegar en los siguientes 12 meses:
1. La Inteligencia Artificial en las decisiones estratégicas
La Inteligencia Artificial (IA) y el machine learning (ML) están redefiniendo cómo se gestionan las cadenas de suministro y en general todos los negocios. Estos sistemas avanzados no solo están mejorando la eficiencia operativa, sino que también están permitiendo a las empresas tomar decisiones estratégicas basadas en análisis predictivos y modelos de simulación.
Por ejemplo, los algoritmos de IA pueden predecir la demanda de productos con mayor precisión. Estos sistemas avanzados mejoran la eficiencia operativa y también permiten a las empresas tomar decisiones estratégicas basadas en análisis predictivos, como la optimización de inventarios y la personalización de la oferta de productos.
No perdamos la oportunidad que la IA trae; en lugar de reemplazar empleos, estas tecnologías mejorarán el potencial humano al hacerse cargo de tareas repetitivas, lo que permitirá a los empleados centrarse en trabajos creativos, estratégicos y de alto valor.
2. Desarrollo de habilidades: aprendizaje continuo
Con las disrupciones tecnológicas ocurriendo a un ritmo cada vez mayor, existe una necesidad urgente de mejorar y actualizar habilidades. Para 2025, se espera que los empleados participen en un aprendizaje continuo, ya que los conjuntos de habilidades requeridos para muchos roles evolucionan rápidamente. Las empresas invertirán en plataformas de aprendizaje, mentoría y programas de capacitación experiencial para garantizar que su talento siga siendo competitivo.
Una cultura de mejora continua será clave para abordar las brechas de habilidades y preparar a la fuerza laboral para los desafíos futuros. El panorama del talento en 2025 promete ser dinámico y multifacético.
Las organizaciones que sean proactivas al adaptarse a estas tendencias no solo atraerán a los mejores talentos, sino que también fomentarán una cultura de crecimiento, innovación, resiliencia y aprendizaje. A medida que las empresas navegan en mares disruptivos, la clave del éxito estará en la capacidad de abrazar el cambio, invertir en las personas y fomentar entornos donde tanto los individuos como las organizaciones puedan prosperar y mantenerse actualizados siempre a través de diferentes herramientas mayormente “on line” o en mentorías de expertos en sus materias. Un número creciente de plataformas de valor han crecido y ampliado su portafolio, dirigidos a necesidades específicas como son la formación del Supply Chain moderno.
3. Sostenibilidad y propósito como prioridad central
Para 2025, las empresas deberán adoptar modelos de negocio más sostenibles, no solo reduciendo su huella de carbono, sino también implementando soluciones circulares, como el reciclaje de productos y la reutilización de materiales. A medida que los consumidores exigen productos más responsables con el medio ambiente, las cadenas de suministro deben adaptarse para reducir su huella de carbono y sus impactos ambientales.
En México ya hay diferentes casos en marcha, como BASF México colaborando con empresas locales para transformar residuos plásticos en nuevos productos; Grupo Modelo, que ha adoptado un modelo de reciclaje para el vidrio, promoviendo su reutilización en la fabricación de nuevas botellas; Ikea y Ecolab están colaborando estrechamente para la reutilización de diferentes materiales como madera, pet, vidrio; Someone Somewhere, que utilizan productos textiles reciclados para elaborar nuevas hilaturas y así crear diferentes productos nuevos entre muchos casos más.
La próxima generación de talento, especialmente la Generación Z, exigirá algo más que un salario. Para 2025, el trabajo con propósito será un factor clave para atraer y retener talento. Las empresas deberán demostrar su compromiso con causas sociales, medioambientales y éticas, mientras que los empleados buscarán roles donde puedan alinear sus valores personales con su vida profesional. Este cambio fomentará que las empresas se enfoquen no solo en las ganancias, sino en el impacto más amplio que tienen en la sociedad y el mundo.