Es aquí donde el nuevo Taycan Turbo S de Porsche estableció el récord como el automóvil eléctrico de cuatro puertas más rápido el mes pasado, con un registro de 7 minutos y 42 segundos. La hazaña no pasó desapercibida para un rival sentado a miles de kilómetros de distancia en California: Elon Musk, de Tesla. Siempre dispuesto a una buena pelea, Musk recogió el guante y envió un Modelo S al interior de Alemania para reclamar los derechos de fanfarronear como el rey del sedán eléctrico.
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La confrontación tiene todos los ingredientes de una batalla épica entre el titular y el advenedizo, imbuida de canales de medios sociales que han energizado a los fanáticos acérrimos a cada lado del Atlántico, que se preguntan cuál de los dos autos puede reducir esos segundos adicionales vitales de su tiempo de vuelta. Al frenesí se añade el excampeón de carreras de Fórmula Uno Nico Rosberg, quien intervino en Twitter para ofrecerse a pilotear el Tesla, lo que Musk aceptó felizmente.
Musk tiene mucho en juego en el desafío. Después de que Porsche presentara el Taycan Turbo y el Turbo S como sus primeros autos eléctricos la semana pasada, Musk se burló de la marca por su nombre: un turbocompresor solo se encuentra en un motor de combustión. Después de la burla inicial, usó palabras más amables en un tuit posterior, reconociendo que el Taycan “parece un buen auto” y que el tiempo en la pista de Nürburgring “es genial”.