“Video es la nueva voz, y esto genera una nueva forma de productividad. La pandemia ha cambiado la forma en la que la gente piensa en cómo vive y las tendencias se maximizaron. La tendencia de home office ya estaba pero se aceleró globalmente y probó que puedes tener una conexión personal con el video”, dijo Smith en entrevista con Expansión a través de una videollamada.
Si bien la interacción por medio de una pantalla no sea el acercamiento favorito para todas las personas, un estudio de Frost & Sullivan advirtió que, en el contexto laboral, las reuniones en videollamada son 84% más efectivas y aceleran la toma de decisiones, aunque también generan más cansancio pues a nivel cerebral los asistentes deben enfocar más su atención a lo que ven y escuchan a través de la pantalla.
Pese a esto, una de las oportunidades relevantes que se le ven a este formato de comunicación a futuro es en la fuerza laboral más joven y que apenas comienza a integrarse a la población económicamente activa.
La consultora LifeSize estimó que tanto para los millennials, como para la Generación Z, 51% piensa que las empresas que usan herramientas de videoconferencias son más innovadoras. Según sus datos 25% de la población económicamente activa, de entre 18 y 29 años de edad, dicen usar videoconferencias o apps para comunicarse por video diario mientras que en el rango de 45 a 60 años, la preferencia es de 15%.