Interactuar con la nueva Alexa Echo Show me dejó dos impresiones: rareza y lógica. La primera impresión tiene que ver directamente a que me odio sentirme vigilada a través de mi cámara, porque soy esa persona que la cámara de la computadora tapa y que no es muy fan de tener cámaras de videovigilancia en casa.
La segunda impresión fue la lógica que tiene un dispositivo de este tipo, finalmente la evolución sobre este tipo de gadgets, hoy más que nunca tiene sentido, pues las pantallas en casa se han vuelto la compañía perfecta.
Si bien el primer mensaje es que se trata de un gadget más enfocado como compañero de oficina, su utilidad queda probada en una era donde las videollamadas y el límite entre oficina y casa es difuso, de hecho es casi imposible de definir, por lo que tener este equipo cerca de ambos espacios es grato y funcional. Además es una de las experiencias más futuristas que he vivido en los últimos meses, pues puedes interactuar con la pantalla estando frente a otras pantallas y que cada una de ellas tenga una tarea definida.