Por otra parte, el 58% de archivos maliciosos se distribuye por correo electrónico y el ataque más común a lo largo de la región es el ransomware, a través del cual se roba información y solicitan rescate de la misma. Sin embargo, esta modalidad en muchas ocasiones implica una doble extorsión, pues los ciberdelincuentes venden los datos aun cuando alguien pagó por su rescate.
Ray Jiménez, vicepresidente regional de ventas y operaciones en la firma de ciberseguridad Check Point, comentó que desde el inicio de la pandemia, el teletrabajo se convirtió en una oportunidad para los piratas informáticos, pues fue una etapa donde las superficies digitales se ampliaron y los riesgos para las empresas se encontraban en correos electrónicos, al compartir archivos de trabajo a al utilizar apps.
En esto coincidió Francisco Robayo, líder de ingeniería para Latinoamérica en Check Point, quien destacó que durante el último año los ciberataques tienen características pandémicas, pues son de alcance global y, además, son mucho más sofisticados y dirigidos a dispositivos móviles o gadgets que entran dentro de la categoría Internet de las Cosas (IoT).
La principal razón por la cual los expertos identificaron un crecimiento en los ataques es que tanto las corporaciones como los empleados “no estaban preparados para trabajar de forma segura desde sus casas”, explicó Robayo en conferencia. “Además, cuando un empleado no va a la oficina, se relaja y al tomarse licencias de seguridad es más vulnerable a ser objetivo de ciberataques”.
Al respecto, una encuesta realizada por la misma empresa de ciberseguridad durante el 2020 reveló que durante el trabajo remoto, los empleados son más propensos a cometer errores involuntarios. El 21%, por ejemplo, permite que sus familiares usen dispositivos corporativos, lo cual implica un riesgo para la información de la empresa.