Tras el ataque a los servidores de Microsoft Exchange, que afectó a más de un cuarto de millón de servidores en todo el mundo, Estados Unidos, Reino Unido y sus principales aliados en la OTAN acusaron al gobierno chino de contratar piratas informáticos para realizar ciberataques en occidente.
De manera específica, dicho ataque fue atribuido a Hafnium, un grupo de piratería vinculado a China. Además, acusaron al gobierno chino de ser el cerebro detrás de una serie de ciberataques, desde ransomware malicioso, hasta robo de datos y ciberespionaje en contra de entidades públicas y privadas.
Dominic Raab, secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, sentenció a través de un comunicado que “el gobierno chino debe poner fin a este sabotaje cibernético sistemático y puede esperar que se le haga responsable si no lo hace”. Además, destacó la probabilidad de que el ataque le permitiera el espionaje a gran escala.