Las empresas de videojuegos continúan padeciendo la escasez de componentes y las interrupciones en la cadena de suministro. Una muestra de esta crisis es que Nintendo y Sony recortaron las previsiones para Switch y PS5, respectivamente, en el año fiscal que inició a partir de abril.
Por una parte, Nintendo dijo que su pronóstico es enviar 21 millones de consolas. Esta cifra representa una disminución del 9% interanual, respecto de las 23 millones que se vendieron entre abril de 2021 y marzo de 2022. La empresa también espera que los ingresos disminuyan un 5.6% y las ganancias operativas un 15.6%.
Las razones de esta disminución son conocidas por toda la industria tecnológica desde hace un año, pues Nintendo señaló a la pandemia de COVID-19 como la responsable de dificultar la producción de componentes y piezas para sus consolas, como los semiconductores.