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TikTok, el catálogo de la pedofilia

Tristemente el usuario promedio deja de lado sus controles de privacidad para obtener algo de fama, apunta Carlos Ramírez Castañeda.
vie 25 septiembre 2020 05:00 AM

(Expansión) – Si algo queda bien claro ante el aislamiento social derivado por la pandemia, y la situación global de COVID-19, es que migramos obligadamente hacía un escenario digital, en el cual muchas de las herramientas digitales magnificaron su uso, ya sea por obligación laboral como Zoom o por ocio y moda como TikTok.

Esta controversial aplicación que ha generado tensiones entre Estados Unidos y China se convirtió en una de las redes sociales más utilizadas, sumando usuarios de todo el mundo, muchos atraídos por la modalidad de visualizar, crear, videos cortos a manera de sátira, otros usuarios más utilizándola a especie de tutoriales prácticos. La realidad es que todo tiene un lado oscuro, y para TikTok hablaremos de cosas graves.

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TikTok se convirtió en el catálogo perfecto para los pedófilos, pues las políticas de uso no requieren mayores controles de verificación, por lo cual, usuarios de 13 años oficialmente pueden suscribirse y dar de alta contenidos. Aquí encontramos un planteamiento sobre una red social abierta hacia menores de edad; y seamos realistas, menores desde los 10 años aproximadamente con el simple hecho de tener un móvil en las manos se han convertido en usuarios.

Los pedófilos desde el año 2019 han identificado a esta red social como un panal de miel, atraídos por el contenido de los menores, que, en situaciones comunes alimentan su trastorno, algunos cayendo en el grooming, al crear cuentas falsas para comenzar el contacto con los infantes para manipular y conseguir fotografías explícitas de desnudos (pornografía infantil), encuentros físicos, lo que deriva en abuso y violación.

Durante el aislamiento, uno de los motivos de este tipo de personas fue sumarse a TikTok, invitando a otros pedófilos más al afirmar que dentro del marco legal de muchos países, el hecho de ver el contenido que producen los menores no contraviene ninguna legislación, lo que se ha convertido en el catálogo perfecto para el consumo de material a disponibilidad de cualquier usuario.

Tristemente el usuario promedio deja de lado sus controles de privacidad para obtener algo de fama, el ego humano sale a relucir al afirmar que no podría ocurrirle nada en el ciberespacio al ser algo intangible. Esto los lleva al error más grande, la exposición sin control.

OPINIÓN: Ley General de Ciberseguridad

Muchos menores cumplen “retos” que se viralizan en redes sociales o incluso entre su circulo de amistades, lo cual los lleva hacia un punto de exposición mayor al dejar ver partes de sus cuerpos e incluso desnudos y situaciones explícitas, que, sin mayor control algorítmico de la red social, se queda como un contenido abierto para replicar, almacenar, etc.

Casos como TheBudday que en Estados Unidos fue catalogado como un pedófilo que se exhibió al buscar contacto con menores, y mas reciente la usurpación de identidad de una estrella de Disney, que contactó en Colombia a una menor, dejan claro que los peligros al subir contenido sin control de privacidad y sumarse al uso de una aplicación por moda pueden traer consecuencias graves.

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Las comunidades underground de foros y sitios especializados en contenido explícito de menores han migrado hacia TikTok con cuentas falsas, compartiendo entre sus semejantes los contenidos que van descubriendo, así como los datos de contacto de los menores para montar operaciones mayores.

Las autoridades podrían tener un catálogo abierto para cazar depredadores sexuales, sin embargo, no le han dado una debida importancia al tema, minorizando a la red social como una simple herramienta para subir “inocentes” videos.

OPINIÓN: (Des)Digitalizar México

La moda puede ser peligrosa, dejar que los menores tengan un móvil sin controles parentales, con una apertura hacia cualquier tipo de contenido en internet y el contacto con cualquier usuario desconocido, implica un alto riesgo de convertirse en una potencial víctima, reflexionemos.

Nota del editor: Carlos Ramírez Castañeda es especialista y apasionado por el Derecho Informático, particularmente en ramas de Ciberseguridad, Cibercriminalidad y Ciberterrorismo. Tiene un Máster en Derecho de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Santiago de Compostela España, Doctor en Administración y Políticas Públicas de México. Es colaborador de diversas instituciones académicas y gubernamentales, profesional siempre interesado en temas de ciberprevención particularmente con sectores vulnerables. Síguelo en Twitter como @Ciberagente . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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