A este tipo de situación en el ámbito laboral se le conoce como mansplaining. El diccionario de Oxford la define como una práctica en la que un agresor explica a otra persona determinado tema de una manera que muestra que cree que sabe y entiende más que ella. En consecuencia, quien comete la acción invalida a la otra persona, tanto su discurso como su experiencia.
“Este tipo de actos están ligados con el bullying laboral, un comportamiento que discrimina, humilla, ridiculiza, ofende y en casos extremos merma la autoestima de la persona violentada. En ambientes laborales, el mansplaining también genera ansiedad, estrés y detona un mal clima organizacional”, explica Esperanza Martínez, socia fundadora de la firma Evexia Bienestar Psicoemocional.
El mansplaining ocurre entre compañeros de trabajo por igual; sin embargo, es más frecuente de hombres hacia mujeres. En su semana 96, del 4 al 10 de marzo, el Termómetro Laboral de la bolsa de empleo OCCMundial halló que el 63% de las profesionistas había sido víctima de esta mala práctica, por lo menos una vez en su vida laboral.
Asimismo, el 12% aseguró que no ha vivido esta práctica de micromachismo en los lugares donde ha trabajado, mientras que 25% expuso que desconoce qué es el mansplaining y nunca lo ha vivido.
De acuerdo con los analistas de bolsa de empleo, el mansplaining puede resultar invisible para quienes lo ejercen y hasta para las víctimas porque no lo reconocen como un tipo de violencia. En ese sentido, el sondeo reveló que el 51% de los trabajadores mexicanos dijo no conocer la existencia de este tipo de agresión, en tanto el 38% mencionó que sí sabe de qué trata y un 11% aseguró que sí había escuchado el término, pero no conoce mucho acerca del tema.
Al respecto, Luciana Psenda, directora de Marketing de Cuponstar, una plataforma que se dedica a la fidelización de colaboradores y clientes de compañías de Latinoamérica, enfatiza que es claro que en las organizaciones se requiere formación y deconstrucción.
“Tenemos que desarmar todo eso que nuestra cultura se ocupó de que tengamos tan naturalizado para construir miradas más abiertas, más empáticas, más inclusivas”, señala. “Hoy las compañías saben que ya no pueden seguir reproduciendo estereotipos de género, roles y mandatos patriarcales en el ámbito laboral, porque sus colaboradores van a responder y hacerse oír. Es necesario entender la agenda laboral, y qué tipo de beneficios piden los empleados”.