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El mexicano que se inspiró en Patch Adams y ahora es el CEO de Dr. Sonrisas

Con una inversión de 500 mdp, la fundación Dr. Sonrisas, dirigida por Andrés 'Piki' Martínez, abrirá Mundo Imáyina, que tendrá villas de hospedaje para niños y sus familiares.
lun 11 julio 2022 04:26 PM
Dr. Sonrisas
Mundo Imáyina requiere del patrocinio de 60 compañías, que es el número de villas que tiene el parque de diversiones. Para Dr. Sonrisas, el mayor reto es encontrar un patrocinador para cada villa que destine 800,000 pesos al año.

Si en la calle le gritan por su nombre, él no voltea. ¿Cómo hacerlo si, por más de 30 años, Andrés Martínez Corral ha sido conocido por su apodo 'Piki'? Lo que comenzó como un castigo en preparatoria, se convirtió en el rostro de una actividad filantrópica que se extiende por casi 20 años, y que está por tener un parque de diversiones para niños con enfermedades crónicas y terminales.

La historia de Piki comenzó tras el Mundial de 1986, cuando la mascota del encuentro en México era un chile serrano con un sombrero llamado Pique. Piki siempre fue muy inquieto y reconoce que no destacó como buen estudiante. Lo que nunca imaginó es que su forma de ser no solo le daría un apodo peculiar, sino la idea de querer fundar una asociación que apoyara a niños con enfermedades crónicas y terminales.

“En casa mi papá tenía un sombrero de colección, un día por hacerme el gracioso me lo puse y me fui a jugar futbol con mis amigos a un parque. El papá de uno de ellos exclamó ‘trae el sombrero del Piki’. Todos se empezaron a reír y desde entonces me dicen así. Es un apodo sin sentido, mal dicho, pero ya es un tatuaje para mí”, cuenta.

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“Estaba en quinto año de bachillerato y llevaba la clase de Participación Social, en la que cada 15 días íbamos a un asilo. Yo era muy relajiento, y en una de esas el profesor me dijo que por creerme muy chistosito mi castigo sería ir disfrazado de payaso al asilo. Con tal de pasar la materia lo hice”.

Ése día, Piki puso a bailar a los adultos mayores, les llevo dulces, juguetes y pasó un tiempo con ellos. A la siguiente visita, todos preguntaban por el payaso y al mes seguían preguntando por él.

“Esa fue la primera vez que me impactó ver cómo con cosas sencillas puedes mejorar la vida de alguien, pues eran personas que un día te decían que eran policías y al otro eran campesinos. Ya tenían una noción muy diferente de lo que fue su vida, pero seguían recordando lo que yo hice”.

Cuando entró a la Universidad de Monterrey para estudiar Recursos Humanos, Piki se volvió fan de la película de Patch Adams, un doctor interpretado por Robin Williams cuyo propósito de vida era ayudar a los demás porque creía que la muerte debe ser tratada con dignidad y hasta con humor. Con el mismo estilo, Piki animó a un grupo de amigos a visitar la Casa de la Amistad para niños con cáncer en la Ciudad de México, y ahí comenzó la historia de Dr. Sonrisas.

La creación de la asociación

Era 23 de diciembre de 2003. “Conocí a un niño que tendría su quimioterapia hasta el 15 de enero y al platicar con su mamá le pregunté por qué no se iba a su casa, en Veracruz, a pasar la Navidad. Ella me respondió que no tenía dinero para pagar el camión de regreso. Al día siguiente cené con mi familia y me impactó mucho lo injusta que a veces es la vida, ahí es cuando ya estaba seguro de lo que quería hacer.

Dos años después se constituyó legalmente Dr. Sonrisas. Cada seis meses organizaban colectas en especie y hacían una fiesta para celebrar el Día del Niño y Navidad. Luego llegaron los programas sabatinos para sacar a los niños de los hospitales y llevarlos al circo, al cine, al boliche, a una granja; lugares de entretenimiento que ayudaran a olvidar un poco lo que estaban viviendo.

“Después vimos las necesidades médicas y empezamos a formar alianzas con empresas. Por ejemplo, si un niño necesitaba una silla de ruedas la pedíamos a un patrocinador a cambio de que pudiera reportarlo en la facturación de su empresa. Es un ganar-ganar” menciona. Con el paso del tiempo se fueron sumando más compañías y, gracias a ello, Dr. Sonrisas ha podido donar prótesis, medicamentos y cumplir el sueño de más de 3,000 niños, ya sea viajar a Disneylandia, conocer a su futbolista favorito o visitar el mar.

¿Por qué ayudar solo a niños? En el camino, el directivo se dio cuenta de que hay varias necesidades qué cubrir cuando se trata de infantes; es decir, no solo está el niño enfermo, sino también la familia que tampoco la está pasando bien. Piki recuerda mucho un viaje que lo marcó hace 10 años, en el que llevaron a cuatro niños y sus mamás a Cancún.

El requisito que pide Dr. Sonrisas para sacar a un niño del hospital es tener una carta firmada por el médico donde autorice que ese niño está en condiciones de viajar, pero con todo y eso Piki recuerda que uno de los niños comenzó a convulsionar y lo tuvieron que llevar de emergencia a un hospital de Cancún. Cuando le hicieron estudios vieron que el cáncer había hecho metástasis y el niño, Edson, tenía un tumor en el cerebro.

Edson no podía salir de ese hospital si su cuerpo no recibía alimento, pero cada que ingería algo volvía el estómago. Cuando la mamá salió de la habitación, Edson se levantó, agarró el plato con sopa, la tiró al excusado y le bajó a la palanca. "Piki, por favor, dile a mi mamá y al doctor que me comí la sopa. Yo ya sé qué me va a pasar, me voy a morir, mi sueño es conocer el mar, estoy en Cancún y no lo he visto todavía”, le dijo el niño.

“Me quedó claro el mensaje. Salimos del hospital y ese día hubo un atardecer espectacular. Edson se sentó en la playa con su mamá, se abrazaron y lloraron. Después regresamos a la Ciudad de México y a los pocos días Edson falleció. Son de esas cosas que te marcan. Hoy la mamá platica más de ese atardecer que de los tres años que su hijo estuvo en tratamiento. Por eso creo que regalarles a las familias esos momentos vale mucho la pena”.

Actualmente, Dr. Sonrisas tiene convenio con hospitales que tratan enfermedades crónicas y cáncer en niños como el Siglo XXI, Federico Gómez, Instituto Nacional de Pediatría, La Raza, Hospital Moctezuma y Hospital Juárez. No solo ayudan a niños con cáncer, también a niños con autismo, con síndrome de down, VIH o con quemaduras.

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El negocio de la responsabilidad social

Roberto Báez, chief corporate officer de Headline PR & Comms y especialista en comunicación estratégica, asegura que, cuando las acciones filantrópicas se transmiten desde los valores propios de la empresa y son congruentes con sus acciones dentro y fuera, no tienen porqué considerarse oportunistas.

Para evitar que sean vistos de esa manera, comenta, hay que considerar que el foco de la comunicación esté en la causa, y no en la empresa que la apoya. Considerar que la comunicación incluya a los diversos grupos de interés, ya que debería ser un esfuerzo social de parte de la asociación y no solo un acto de publicidad exterior. La acción se debe desprender de un programa de responsabilidad social y no ser una actividad aislada con un propósito desconectado de los valores de la organización.

La responsabilidad social es parte fundamental en la construcción, mantenimiento o transformación de la reputación corporativa. Además, estamos en una era en que las personas buscan marcas y empresas más humanizadas, este componente ayuda a lograr ese objetivo”, señala.

En el caso de Dr. Sonrisas, Piki asegura que la filantropía se confunde mucho con la caridad y permea la inquietud de que no se puede vivir de ello. En ese sentido, añade, sí se tiene que profesionalizar a la filantropía, tener sueldos más competitivos para que cada vez haya más gente que se quiera dedicar a cambiar el mundo a través de acciones de responsabilidad social.

Para ser transparentes, en la asociación hay un consejo de administración que se encarga de la rendición de cuentas. Los donativos y ayuda de los voluntarios son cruciales en la operación de Dr. Sonrisas; sin embargo, el eje principal de la asociación es la alianza empresarial.

De acuerdo con Piki, la asociación que dirige tiene 19 filiales y cada una tiene sus propios patrocinadores, entre los que sobresalen Volaris, Moon Palace, Grupo México, Cinemex, Recórcholis, Hidrosina, Cemex, interceramic, Rotoplas, Jardínes de México, entre otras. La asociación tiene presencia en 23 ciudades de México y cinco países de Centro y Sudamérica y cuenta con más de 1,500 voluntarios activos.

El impacto de la pandemia

Antes de la llegada del Covid-19, Piki quería llegar a otras dos o tres ciudades y a un país por año. Pero con la contingencia los planes cambiaron, los donativos cayeron 30%, se suspendieron las visitas a los hospitales, así como los viajes foráneos. Lo que incrementó fue llevar despensas a los nosocomios y material médico.

“Afortunadamente, nuestros gastos fijos son pocos, ya que no tenemos un albergue y solo rentamos una oficina pequeña. Con la pandemia dejamos de gastar en viajes y en las actividades sabatinas entonces bajaron los donativos, pero también los costos operativos, por eso no nos pegó tanto”.

Hoy, la estrategia para tener más donativos está en las alianzas. Es muy difícil conseguir patrocinios sin que haya algo a cambio, lo bueno, enfatiza, es que el impacto social en las empresas se ha vuelto una obligación, una tendencia qué seguir. Vemos que los mismos empleados piden y se interesan por temas medioambientales y sociales.

“Lo que les digo a las empresas es que si patrocinan o dan un donativo, yo les ofrezco cierto número de actividades que pueden llevar a cabo con sus colaboradores o sus socios comerciales, además de que pueden cumplir el sueño de un niño enfermo y reportarlo en su estrategia de responsabilidad social”.

Mundo Imáyina

Mundo Imáyina es un proyecto de Dr. Sonrisas, que cuenta con un parque de diversiones y villas de hospedaje para que los niños enfermos y sus familias estén durante cuatro días seguidos.

El director general del parque y fundador de Dr. Sonrisas revela que este proyecto surgió porque al preguntarle a los niños qué les faltó en su viaje, la respuesta siempre era la misma: la familia. Por logística, operación y gastos, en los viajes que organiza la asociación solo va el niño, su mamá o papá y dos voluntarios. Y por lo regular en cada viaje se elige a cuatro niños que autoricen los médicos tratantes.

En Mundo Imáyina, el objetivo es que vaya la familia completa, comenta Piki. Este parque, que también tiene juegos mecánicos, alberca de olas, parque acuático, cine, heladería, un lago y una cascada, estuvo inspirado en el proyecto Give Kids The World, en Estados Unidos, un concepto similar donde se les facilita a los niños el hospedaje para que vayan a los parques de diversiones.

La construcción de Mundo Imáyina inició en 2018, con una inversión de 500 millones de pesos y la expectativa es llegar a 6,000 niños y a 35,000 personas por año, considerando la asistencia de los familiares. “Queremos que sea una experiencia mágica para ellos. Hubiera sido imposible impactar a este número de personas, mediante el cumplimiento de sueños, ya que dependemos de la disponibilidad de boletos de avión y hospedaje”.

Según los cálculos, la operación de Mundo Imáyina requiere del patrocinio de 60 compañías, que es el número de villas que tiene el lugar. “El principal reto que tenemos es hallar a un patrocinador o padrino por cada villa. Al año tendrían que pagar 800,000 pesos y a cambio la villa es brandeada y en ciertos días los colaboradores o socios de la empresa pueden disfrutar de las amenidades del parque”.

Mundo Imáyina abrirá sus puertas en septiembre de este año, “Piki” estima contratar a 110 personas que acompañen a los 38 empleados que conforman su plantilla laboral actual. “A mí no me enseñaron a ser jefe ni tampoco a crear una compañía. Creo que el éxito de Dr. Sonrisas está en que nació como un proyecto natural, guiado por la convicción de querer ayudar. Hoy, tengo la suerte de trabajar en lo que me gusta hacer”.

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