Para llegar a estas conclusiones, la consultora primero identificó 50 macrotendencias del consumidor, luego se seleccionó las 19 tendencias con mayor recurrencia y presencia entre las diferentes fuentes analizadas, que incluyen Twitter, Blogs, foros y noticias. Con el análisis de 31.5 millones de mensajes en 19 países, LLYC identificó las 10 tendencias con las tasas de aceleración o dinámica de crecimiento más altas.
Parte del objetivo de este estudio es ayudar a las empresas a cambiar el chip. “El consumidor siempre va por delante de las empresas, que muy a menudo se pasan la vida reaccionando. El reto es que debemos ser menos reactivos y más predictivos, dijo David González, socio y director general Región Norte de LLYC.
El valor de las marcas
Hace algunos años, el principal objetivo de las compañías era el de maximizar las ganancias para los accionistas, pero eso ha cambiado. El mundo les ha obligado a ver más allá, a comprometerse con su entorno y a apostar por la sostenibilidad.
Los consumidores cada vez son más exigentes. “La gente ya no compra solo por el precio, por el beneficio tangible de los productos, la empresa debe de añadir valores , y eso es un camino que va a ir avanzando”, comentó González.
A esta tendencia, LLYC la llama ‘Propósito/escépticos’. Las compañías detectaron esta exigencia y es común ver campañas e informes donde presumen lo responsables que son en temas ambientales o de diversidad, por ejemplo; sin embargo “detectamos que hay mucha conversación creciente por parte de los consumidores que empiezan a dudar que si realmente las compañías hacen tanto como dicen, si realmente todos esos mensajes están sustentados en realidades o son solo una manera de ‘maquillar’ y están faltos de acciones reales y comprometidas”, señaló González.
Evitar este greenwashing es uno de los grandes retos de las marcas, a decir del especialista deben dejar de hablar tanto de sus propósitos y activarlos de verdad. Por ejemplo, si una empresa tiene como propósito contribuir a la reducción de la contaminación en el mundo, debe hacer menos campañas de publicidad y más programas con las comunidades locales para reducir el impacto en el medio ambiente. “La gente está pidiendo hechos y menos campañas puras y duras”, aseguró González.
Esta exigencia de empresas más comprometidas se traslada también al producto. LLYC identifica aquí ‘La nueva era del packaging’. El consumidor es más consciente, está más informado y quiere saber el origen de los ingredientes del producto que está comprando o si se produce tomando en cuenta criterios medioambientales.
“Todo eso lo vemos como parte de una conversación creciente y es una consecuencia de la pandemia”, dijo González.