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Cuando querer arreglar las calles también es negocio

El CEO de Comunica la Ciudad, Jonás Vázquez Betancourt, asegura que un gobierno que destina pocos recursos al desarrollo urbano le está asignando pocos recursos a la felicidad de las personas.
mar 13 septiembre 2022 11:08 AM
Jonás Vázquez
El primer acercamiento que Jonás Vázquez tuvo con la sustentabilidad y el desarrollo urbano lo motivó a estudiar la maestría en Comunicación y Política Pública en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Incontables son los proyectos urbanos que se han quedado en el tintero por falta de presupuesto. Pero el que más dolió a Jonás Vázquez Betancourt fue el de ‘Las 10 cuadras más prósperas de México’, que en 2016 pretendía llevar los índices de prosperidad urbana de la ONU-Hábitat a las calles del país.

Estos índices miden las fortalezas y áreas de oportunidad en Productividad, Infraestructura de Desarrollo, Calidad de Vida, Equidad e Inclusión Social, Sostenibilidad Ambiental, y Gobernanza y Legislación Urbana. Lo que se buscó con ese proyecto fue mejorar el estado de las banquetas y las calles para que los transeúntes realmente vivieran una mejor experiencia.

“La mínima expresión del desarrollo urbano es la calle y en México hacen falta muchas banquetas al tiempo que existen muchos retos de movilidad y de transporte. Al final aprendimos que la sustentabilidad sin dinero es una quimera, pues para ejecutar este proyecto se requería entre 30 y 40 millones de pesos”, expresa el director de Comunica la Ciudad.

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Vázquez Betancourt fundó esta compañía en 2013 con la intención de lograr una agenda pública sobre el fenómeno urbano, es decir, que tanto la esfera pública y privada como la sociedad en general se interesara más por la movilidad, transporte, desarrollo urbano y vivienda, calidad del aire y cambio climático.

“No que se hablara de las obras que se están haciendo en el país o de las marchas de los transportistas, que son muy válidas, sino de los vacíos y falta de atención en lo urbano, que sigue siendo una tarea inconclusa”, dice.

Sin embargo, el directivo de 41 años no siempre fue un apasionado de lo urbano. Cuando cursaba los últimos semestres de Comunicación en la Universidad de las Américas en Puebla hizo una propuesta para una distribuidora de Mitsubishi Motors, donde trabajaba su hermana María Elena Vázquez, quien le presentó a sus jefes.

Se trató de una estrategia de clima laboral. Además, hizo las relaciones públicas para el lanzamiento de Eclipse 2006, el auto más lujoso y deportivo de la marca en esos años. Quién iba a decir que más tarde terminaría trabajando para promover, entre otros temas, la movilidad no motorizada y el transporte público sustentable, señala.

Después regresó a la Ciudad de México porque Javier González Rudo, exdirector de Glaxo-SmithKline, lo invitó a trabajar en su agencia, PromoActiva, para hacer conceptos creativos y activaciones de los clientes.

Luego aceptó ser coordinador de Comunicación Externa en el World Resources Institute (WRI, por sus siglas en inglés), una ONG que se dedica a la movilidad, donde creó estrategias de posicionamiento sobre temas urbanos. Ése fue su primer acercamiento con la sustentabilidad y el desarrollo urbano, que lo motivó a estudiar la maestría en Comunicación y Política Pública en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

El origen de Comunica la Ciudad

Vázquez tuvo la oportunidad de continuar su carrera profesional en el sector público, pero no se vislumbra como un funcionario. “No estoy acostumbrado a pedir permiso para todo, y me parece que en los distintos niveles de gobierno siempre hay procesos demasiado largos, yo no sería bueno. Los funcionarios enfrentan retos administrativos que a mí no me gustan”.

Aunado a ello, creía que históricamente el Estado le había dado la espalda a los temas sustentables y urbanos. De ahí la falta de banquetas, pavimento, alumbrado, baches sin arreglar y calles con parches. “Un gobierno que asigna pocos recursos al desarrollo urbano le está asignando pocos recursos a la felicidad de las personas”.

Y aunque desconocía la importancia que tiene que un automóvil tenga un rendimiento por kilómetro y por litros de gasolina, lo que sí sabía es que por cuenta propia quería hacer comunicación urbana con una perspectiva técnica, que sembrara la inquietud por estos temas.

Junto con Ricardo Fernández, un compañero de trabajo, decidió crear Comunica la Ciudad. Los dos renunciaron a sus empleos para emprender el negocio, que al principio solo se mantuvo con el finiquito – y talento- de ambos.

“Empezamos a trabajar en mi casa, pusimos rotafolios en la puerta para estructurar la plataforma. Nuestro primer cliente fue PTV Group, una empresa alemana especializada en software y servicios de consultoría para tráfico y transporte, movilidad y logística”, detalla.

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Pero el arranque no fue nada fácil. Los pocos ingresos que obtenían se terminaban rápidamente, mientras los dos socios esperaban que otro cliente los contratara. En una ocasión, Vázquez trabajaba en una propuesta que presentaría al día siguiente a la Fundación Hogares del Infonavit cuando de repente se fue la luz.

“Me estaban cortando el servicio por falta de pago. Debía como 150 pesos, lo cual me pareció muy exagerado, pero la cortaron. Yo tenía 31 años y no me quedó de otra que llamar a mi mamá, quien terminó pagando el recibo. Después busqué la camioneta de los de la luz para que me reinstalaran el servicio y empezó a llover. Ése día lloré, abracé a mi mamá, me sentí avergonzado. En la noche llegó mi socio, acabamos la presentación y al día siguiente nos dieron el contrato que dio oxígeno a nuestras finanzas”, narra.

Con el tiempo el negocio se fue estabilizando. Ganaron una licitación del Banco Mundial para acompañar el proceso de rebranding del Optibus en León, otra de la ONU para hacer la comunicación del primer programa de movilidad y desarrollo urbano en la Huasteca hidalguense y que se tradujo en náhuatl.

En 2016, Ricardo Fernández se salió de la sociedad. No obstante, Comunica la Ciudad continuó su camino. Desde entonces Vázquez ha acompañado a diversas organizaciones de la sociedad civil en más de 50 ciudades en México para generar proyectos urbanos.

La empresa ha ejecutado estrategias de comunicación para los tres niveles de gobierno. Recientemente fueron invitados por el secretario de Sedatu, Román Meyer Falcón, para dar asesoría en comunicación estratégica urbana.

Vázquez asegura que de forma directa e indirecta han contratado a unas 70 personas: urbanistas, arquitectos, comunicólogos, politólogos, internacionalistas. Entre sus clientes está el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Cámara Nacional del Autotransporte de Pasaje y Turismo (CANAPAT), la Embajada Británica en México y la Secretaría de Desarrollo Sostenible de Monterrey.

Asimismo han organizado y ejecutado eventos y debates sobre política púbica en foros de talla internacional como el International Transport Forum en Leipzig, Alemania; el Transforming Transportation que se celebra en las instalaciones del Banco Mundial en Washington D.C, Innotrans en Berlín, Alemania.

En lo que va del año, la firma incrementó 30% sus proyectos en comparación con el mismo periodo de 2021, la idea es retomar una agenda internacional y organizar sesiones de trabajo en Berlín para temas de movilidad gracias a una invitación de Teltronic de México.

Enoja que haya autoridades necias. Y es frustrante cuando un proyecto no se implementa por falta de presupuesto, pero también es reconfortante cuando logras hacer cosas, cuando un cliente se arriesga y te elige como aliado para correr ese riesgo. Entiendo que la política pública la hace la autoridad, pero sin duda una buena agenda urbana se construye a partir de escuchar las necesidades de las personas”, comenta.

Al respecto, Jessica Carrillo, directora de bienestar integral del Tecnológico de Monterrey, afirma que la ventaja es que tanto la academia como las empresas se están preocupando más por la formación de líderes con criterios centrados en el gobierno corporativo, medioambiental y social (ESG, por sus siglas en inglés). “Hoy, está la oportunidad de crear una ciudadanía más consciente, sobre todo, en temas relacionados con el cambio climático y el cuidado del medio ambiente”.

De hecho, es una tendencia creciente que aparece como prioridad empresarial clave. Antes de la pandemia, los esfuerzos para apoyar objetivos de ESG se percibían como poco relevantes para las compañías, pero esa filosofía se ha desacreditado. Los líderes empresariales ya reconocen que estos criterios tienen un impacto directo en la resiliencia y el rendimiento financiero de las organizaciones. Esto podría ser una buena oportunidad para empresas como Comunica la Ciudad.

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