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Impuestos a la gasolina, ¿una opción dentro de la reforma fiscal de AMLO?

La futura reforma que el gobierno federal quiere aprobar en 2022 incluirá "criterios ambientales", en los cuales se puede contemplar un ajuste fiscal para los combustibles.
mar 05 noviembre 2019 05:29 AM
©MARIO JASSO /CUARTOSCURO.COM
Presión. La política actual escalonaba las obligaciones a 5 días en 2020 y 2021, 8 días en 2022 y 13 días en 2025.

¿Cómo hacer que el Estado tenga más ingresos? Si es vía impuestos, ¿qué productos conviene gravar? ¿a qué tasa? En México, un producto tentador para este tipo de medidas es sin duda la gasolina, la cual podría estar contemplada en un nuevo esquema perteneciente a la reforma fiscal que buscará aprobar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en 2022.

Sin embargo, a decir de expertos, hacerlo realidad tiene sus retos, sobre todo porque el gobierno ya le aplica una carga impositiva a los combustibles y tendría que poner en marcha otros programas para mitigar los impactos negativos, como la inflación.

“El impuesto a las gasolinas es a todas luces un impuesto ambiental. Una reforma considerando impactos ambientales debería empezar por ahí”, sugirió Adrían García, integrante del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), donde coordina el área de ingresos e impuestos.

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En México el principal impuesto ambiental es el IEPS a gasolinas, pero no se aplica completo sino que es muy bajo comparado con el resto del mundo, comentó el especialista.

En 2017 y 2018, la secretaría de Hacienda obtuvo 216,499 millones de pesos (mdp) y 187,666 mdp por los impuestos a los combustibles. En lo que va del presente año - entre enero y agosto - la cifra ya ronda los 196,000 mdp, según datos oficiales.

“El impuesto a la gasolina representa un impuesto muy simple y muy sencillo de administrar que tiene cierto poder para corregir las externalidades negativas”, de acuerdo la CEPAL.

Este gravamen ha mostrado tener un alto poder recaudatorio, pues gracias a una reforma fiscal en 2015 y a la liberalización de precios dos años más tarde el gobierno pudo obtener ingresos adicionales, destaca el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

Otro atractivo del IEPS a gasolinas es su carácter progresivo. Esto significa que se cobra más a quien más gana. A ello se suma la inelasticidad del consumo de gasolina, es decir, que aunque aumenten los precios su consumo se verá mínimamente afectado.

México consume unos 800,000 barriles diarios de gasolina equivalentes a 127 millones de litros, de acuerdo con datos de Pemex. Además, el país fue el cuarto consumidor de gasolina en 2018, cuando en 2016 era el séptimo, de acuerdo con datos del gobierno de Estados Unidos citados por la consultora Global Economy.

“La función de los ministros de Hacienda a la hora de defender y aplicar políticas fiscales destinadas a frenar el cambio climático es clave. Deben reformar el sistema tributario y las políticas fiscales para desalentar las emisiones de carbono procedentes del carbón y otros combustibles fósiles contaminantes”, indica el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su Monitor Fiscal Cómo mitigar el cambio climático.

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El especialista del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria destacó las posibles dificultades de hacer cambios a las gasolinas porque subir o crear nuevos impuestos es algo impopular entre los políticos.

“Se entiende perfectamente que un país como México y muchos otros en donde la gran parte de la población está buscando cubrir sus necesidades básicas quizá la preocupación por el medio ambiente no sea lo primero que tienen en la cabeza. Sin embargo, hay que buscar la manera de hacerlo porque si es una crisis que se avecina el problema del cambio climático si es real y es bastante latente y no es tan en el largo plazo”, dijo.

El rediseño del llamado Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para el combustible puede tener repercusiones inflacionarias.

Impuesto verde

El IEPS pertenece a la canasta de impuestos verdes porque en su origen y antecedentes que datan de los años 30 del siglo XX se planteó como un gravamen que busca corregir los efectos negativos del uso de un bien o servicio.

El FMI considera que los gobiernos deben aumentar el precio de las emisiones de carbono para incentivar a las personas y a las empresas a reducir su uso y transitar a fuentes de energía limpia.

Un aumento al impuesto de emisiones de carbono no significa directamente gravar a la gasolina aunque sí está relacionado indirectamente. “Hay que buscar la manera de aplicar este tipo de impuestos que puedan manejar la calidad del ambiente y buscar mecanismos al mismo tiempo para que la población más vulnerable no se vea afectada”, dice Adrián García del CIEP.

El FMI sugiere diversas formas para lograr esa equidad y beneficio también para la economía.

“Para que los impuestos sobre el carbono sean políticamente viables y económicamente eficiente, los gobiernos deben elegir cómo usar los nuevos ingresos”, señaló. Algunos ejemplos son reducir otro tipo de impuestos, respaldar a los hogares y comunidades vulnerables, incrementar la inversión en energía verdes, o hasta devolver el dinero a las personas en forma de dividendos.

“Los ingresos que obtenga de un IEPS a las gasolinas deben utilizarse para mejorar el transporte público y apoyar programas de movilidad ”, sugirió por su parte Adrián García.

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