En México el principal impuesto ambiental es el IEPS a gasolinas, pero no se aplica completo sino que es muy bajo comparado con el resto del mundo, comentó el especialista.
En 2017 y 2018, la secretaría de Hacienda obtuvo 216,499 millones de pesos (mdp) y 187,666 mdp por los impuestos a los combustibles. En lo que va del presente año - entre enero y agosto - la cifra ya ronda los 196,000 mdp, según datos oficiales.
“El impuesto a la gasolina representa un impuesto muy simple y muy sencillo de administrar que tiene cierto poder para corregir las externalidades negativas”, de acuerdo la CEPAL.
Este gravamen ha mostrado tener un alto poder recaudatorio, pues gracias a una reforma fiscal en 2015 y a la liberalización de precios dos años más tarde el gobierno pudo obtener ingresos adicionales, destaca el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
Otro atractivo del IEPS a gasolinas es su carácter progresivo. Esto significa que se cobra más a quien más gana. A ello se suma la inelasticidad del consumo de gasolina, es decir, que aunque aumenten los precios su consumo se verá mínimamente afectado.
México consume unos 800,000 barriles diarios de gasolina equivalentes a 127 millones de litros, de acuerdo con datos de Pemex. Además, el país fue el cuarto consumidor de gasolina en 2018, cuando en 2016 era el séptimo, de acuerdo con datos del gobierno de Estados Unidos citados por la consultora Global Economy.
“La función de los ministros de Hacienda a la hora de defender y aplicar políticas fiscales destinadas a frenar el cambio climático es clave. Deben reformar el sistema tributario y las políticas fiscales para desalentar las emisiones de carbono procedentes del carbón y otros combustibles fósiles contaminantes”, indica el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su Monitor Fiscal Cómo mitigar el cambio climático.