Hacienda recordó que desde inicios de este año hubo cinco elementos de presión para las finanzas públicas:
1. Aumento del gasto de salud para atender la emergencia sanitaria. El 28 de febrero se dio a conocer el primer caso de coronavirus en México. A la fecha, el país suma cerca de 643,000 casos acumulados y casi 68,500 defunciones.
2. Mayor asignación necesaria de recursos para atender las funciones de desarrollo social y económico con el fin de apoyar la economía de personas y empresas. Durante la contingencia el gobierno federal otorgó 2 millones de préstamos por 25,000 pesos a empresas formales e informales –incluidas en el censo de bienestar- para hacer frente al impacto económico de la pandemia.
3. Menores ingresos tributarios y no tributarios asociados a la disminución en la actividad económica. Para frenar los contagios de coronavirus en el país, se determinó suspender toda actividad económica; excepto las consideradas esenciales, lo que provocó la pérdida de millones de empleos –formales e informales- y la disminución del ingreso para algunos trabajadores. Un menor ritmo en la economía tiene efectos en la recaudación de ingresos, lo que resta margen para el reparto de dinero público.
4. Impacto a los ingresos petroleros por las caídas en precios y ventas de hidrocarburos y combustibles. El 20 de abril la Mezcla Mexicana de Exportación (MME) cerró en -2.37 dólares por barril, siendo la primera vez en la historia para el crudo nacional en terreno negativo.
5. Aumento en el valor en moneda nacional de la deuda externa, por el mayor tipo de cambio. El secretario de Hacienda, Arturo Herrera, atribuyó el incremento de la caída del PIB, y la apreciación del dólar que se ha visto este año, llegando hasta niveles de 25 pesos por unidad.