El acuerdo se selló también posteriormente entre la canciller alemana, Angela Merkel -cuyo país ha presidido este semestre el Consejo de la UE-, el presidente francés, Emanuel Macron, y Xi Jinping, en una videoconferencia posterior.
El pacto llega tras siete años de negociaciones y después de que Beijing se haya comprometido con Bruselas a avanzar hacia la ratificación de las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), incluidas las relativas a los trabajos forzados; pero pasarán varios meses hasta la firma y su posterior entrada en vigor.
Xi Jinping
El presidente de China aseguró que el cierre de las negociaciones para un acuerdo de inversiones con la UE supondrá una "importante contribución" para la construcción de una "economía mundial abierta".
Según la agencia oficial de noticias china Xinhua, durante su videoconferencia con líderes europeos, el líder chino afirmó que este pacto también servirá para impulsar la recuperación tras la pandemia y para reforzar la confianza internacional en la globalización económica y el libre comercio.
Asimismo, el denominado oficialmente Acuerdo Integral de Inversión (CAI) sentará las bases para hacer de Europa y China los dos mercados más grandes a nivel mundial, agregó Xi.
En su opinión, el tratado muestra "la decisión y confianza de China" en sus políticas aperturistas, ya que facilitará el acceso de las empresas a ambos mercados, mejorará el "entorno de negocios" y reforzará las "garantías institucionales", lo que se traducirá en "perspectivas de cooperación más brillantes" para la inversión mutua entre el país asiático y los países comunitarios.
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Xi pidió que ambas partes "refuercen el diálogo, impulsen la confianza mutua, profundicen en la cooperación y resuelvan adecuadamente sus diferencias" en el venidero año 2021.
Entre las iniciativas propuestas para el próximo año por Xi figuran la coordinación de las medidas contra la pandemia de la covid-19, la "promoción conjunta" de la recuperación económica, la "conexión" de las estrategias de desarrollo, la aceleración del "desarrollo verde" y, como viene siendo habitual en las alocuciones del presidente chino, la promoción del multilateralismo.
Los bajos estándares laborales chinos, y el trabajo forzado en particular, eran la principal preocupación de los países europeos en relación a este acuerdo.