La llegada de un nuevo gobierno federal no representará grandes cambios en el manejo de las finanzas públicas de los estados, los cuales tendrán que concentrarse en la generación de ingresos propios, como ha sucedido desde 2019 cuando comenzaron a reducirse las transferencias federales, principalmente, a través de convenios, a las entidades federativas.
Generar más ingresos propios, el reto de los estados para el nuevo sexenio
Guerrero, Oaxaca, Hidalgo, Chiapas, Michoacán y Tlaxcala son los estados con mayor dependencia de las transferencias federales, refiere información del IMCO.
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“Me sorprendería mucho que hubiera un cambio de giro (en la coordinación de Hacienda con los estados), pues este ya se dio sobre todo a partir de 2019, cuando la Federación dejó de aportar una buena parte a los estados; sobre todo en las transferencias que mandaba vía convenios. La Federación sacó las manos de las transferencias vía convenios, pero ese golpe ya se vio”, explicó a Expansión Tamón Takahashi, director general de TKA Analytica.
La situación es que, en promedio, el 86% de los recursos públicos que manejan los estados tiene su origen en transferencias por parte de la federación: Participaciones, las cuales los estados las destinan libremente para brindar bienes y servicios a la población; las Aportaciones, que ya están etiquetadas en el presupuesto federal; y los recursos por Convenios, que son los que envían las secretarías a las entidades federativas, explicó Christián Cernichiaro, investigador posdoctoral de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Cifras de Hacienda refieren que, entre 2019 y 2023, las entidades dejaron de percibir por el concepto de Participaciones 181,534 millones de pesos frente a lo aprobado por el Congreso, estos son 36,000 millones menos, en promedio, cada año. En ese periodo, solo en 2022 lo entregado fue mayor a lo programado, por 42,944 millones. En tanto, un reporte de TKA Analytica detalló que las Aportaciones pasaron de 365,161 millones en 2011 a 202,249 millones en 2022. Además, de 2011 a 2022, los recursos transferidos por Convenios disminuyeron la mitad, en términos reales.
Ante esta situación, los estados han concentrado esfuerzos en generar más ingresos propios y lo tendrán que seguir haciendo cuando inicie el nuevo sexenio, consideró Takahashi. Esto también lo deben tener presente los nuevos mandatarios en los nueve estados que celebraron elecciones estatales el pasado 2 de junio: Veracruz, CDMX, Tabasco, Yucatán, Jalisco, Guanajuato, Morelos, Puebla y Chiapas.
Cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) detallan que, de los 32 estados de la República Mexicana, Guerrero es el que mayor dependencia tiene de los recursos federales, con 97.6% del total de sus ingresos, por ende, tiene el porcentaje más bajo en la generación de recursos propios: 2.4%. Le siguen Oaxaca, Hidalgo, Chiapas, Michoacán y Tlaxcala, con una generación de ingresos propios con respecto a los totales de: 4.0%; 5.2%; 5.5%; 5.9% y 6.2%, respectivamente.
Las entidades con mayor generación de ingresos propios, con respecto a sus ingresos totales, son Ciudad de México, con 44.7%; Chihuahua, con 23.5%; Estado de México, con 23%; Quintana Roo, con 21.3%; y Nuevo León, con 19.8%.
“Probablemente en la siguiente administración se empiece a hablar de una renovación del pacto fiscal, de cierto modo es utópico, porque si consideramos cómo están las finanzas públicas de los estados, vemos que las Participaciones favorecen a los estados con mayor poder económico, y las Aportaciones son lo contrario, favorecen a los estados con mayor rezago económico; entonces, si tú haces un cambio en la repartición de recursos, descobijas a unos para dar a otros”, comentó Cernichiaro.
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El investigador de la UAM refirió que, más que mejorar la coordinación con los estados, Hacienda puede coordinar esfuerzos, como brindar incentivos, para que los estados trabajen más en fortalecer la recaudación local. “Eso les va a dar autonomía, más poder de decisión en sus propias políticas públicas”, apuntó.
Diego Díaz, coordinador de Finanzas Públicas del IMCO, explicó que para cobrar un nuevo impuesto a nivel estatal es necesario que sea propuesto y aprobado por el Congreso local, siempre y cuando no sean iguales a los que cobra la Federación, como el ISR o el IVA.
Díaz consideró que un impuesto con potencial en los estados es el de la tenencia a los automóviles, que, con el tiempo, se ha dejado de cobrar. También puede aplicarse de acuerdo con su economía, por ejemplo, el impuesto al hospedaje en estados con vocación turística.
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