En los primeros siete meses del año, las importaciones de México desde Asia alcanzaron los 141,219 millones de dólares, un incremento de 10.6% respecto al mismo periodo de 2023, de acuerdo con datos de Banxico.
China representó 51% de estas importaciones que México hace de Asia, con 72,512 millones de dólares, un aumento de 13.5%.
Lo que México exportó a China de enero a julio de 2024 apenas suma 5,592 millones de dólares.
El déficit comercial de México con el gigante asiático en los primeros siete meses de 2024 es de 66,920 millones de dólares.
Ante la inquietud de esto, desde el equipo del próximo secretario de Economía, Marcelo Ebrard y de quien será la coordinadora del Consejo Asesor Empresarial de Sheinbaum, Altagracia Gómez, han mencionado que el nearshoring tendrá un papel fundamental en la sustitución de importaciones, pero expertos dicen que esto no se ve fácil y que México necesita un plan más estructurado para lograr este objetivo.
Una estrategia que tomará tiempo
El éxito de China nace desde 1979, con un modelo que establecía la desregulación burocrática, la apertura de sistemas financieros y la comercial ingresando a la Organización Mundial de Comercio.
Mientras que México, por muchos años, entró en una zona en la que le parecía mejor hacer las importaciones que producirlas.
"Hay una realidad: esto no va a ser posible ni a través de un decreto, ni a través de un plumazo, ni un secretario, ni un sexenio. Es un proyecto pensado a largo plazo, estructurado, bien definido, segmentando industrias de ¿cuáles son las más competitivas? ¿Cuáles son las más desfavorecidas?, para dar apoyos, asesoría y seguimiento", explica Eduardo Castañeda, especialista en comercio internacional.
El también docente de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC) añade que si bien es positivo que se esté planteando este impulso a la proveeduría nacional, pero es más complicado de lo que parece.
“La posibilidad de traer empresas aquí es atractiva, pero también tenemos un candado y ese candado nos lo puso Estados Unidos a través del T-MEC, existe una disposición en la cual se argumenta, se afirma que nosotros no podemos ni debemos tener vínculos comerciales con un país que no sea de libre mercado, o sea, directamente va enfocado a China".
Por ejemplo, las plantas ensambladoras chinas de automóviles ahorita están muy fiscalizadas, entonces si llegan a instalarse a México van a estar muy vigiladas por Estados Unidos.
Enrique Dussel, coordinador del Centro de Estudios China-México (Cechimex) de la Facultad de Economía de la UNAM, coincide en que en el corto plazo la sustitución de importaciones de China, no es viable.
"Si 20% de las importaciones mexicanas provienen de China, pues estamos hablando de una masiva proveeduría. China es el principal proveedor de México en electrónica, en autopartes y en telecomunicaciones para el mercado doméstico y también para exportaciones", apunta.
Para el coordinador de Cechimex, el planteamiento de México de sustituir importaciones de Asia, con dedicatoria al gigante asiático, tiene que ver más con las presiones de Estados Unidos con su estrategia anti China.
Pero esto plantea también dificultades para las industrias de México, como la automotriz que depende mucho de importaciones de China; "se cree que de lunes a viernes se pudieran reducir y desaparecer las importaciones chinas sin conocimiento de que aportan mucho a las cadenas de valor del país".