El mercado automotriz a nivel mundial demanda cada vez más vehículos SUV, y México lo sabe. No por casualidad la producción de sport utility vehicles aumentó 411% entre 2010 y 2018, una tendencia que cobró fuerza a partir de 2017, y que actualmente ha posicionado a éste como el segmento de mayor fabricación en el país, dejando atrás incluso a los autos compactos, que históricamente habían conservado el trono como los más producidos.
Nación SUV: Así es como este segmento se convirtió en el más fabricado en México
Dentro y fuera del país, las SUV han logrado concentrar algunas características cruciales para los consumidores. Brais Álvarez, analista automotriz de la consultora J.D. Power, explica que, de entrada, la base del éxito del segmento radica en su aspecto y sus prestaciones. “En nuestro estudio de venta, la primera razón de compra de un vehículo en México es la imagen que otorga (como consumidor). Eso se combina con que cada vez hay una oferta más accesible, como la tendencia de SUV compactas (…) También hay una percepción de seguridad y, de alguna manera, de mayor estatus”.
Para las armadoras, agrega, las SUV suponen un producto más redituable, ya que el costo de producción es muy similar al de vehículos tradicionales, pero tienen un mayor margen de ganancia debido a la percepción que tiene el usuario sobre el producto. Y aquí es donde entra México, ya que como plataforma productora y exportadora de autos está bien posicionada. “Somos una industria exitosa en ese sentido, somos un país donde vale la pena producir por la calidad de mano de obra y su especialización”.
Las cifras dan cuenta de la capacidad de producción y exportación de México para este segmento. Mientras que en el país se fabricaron 293,317 unidades SUV en 2010, para 2018 la producción se multiplicó 4.6 veces hasta alcanzar 1.49 millones de unidades. De esta cifra, 94% –alrededor de 1.41 millones de unidades– se exportó principalmente a países como Estados Unidos y Canadá, que forman parte de los 125 donde tienen presencia las SUV de fabricación nacional, un salto abismal si se considera que en 2010 apenas se exportaba a 19 países.
Atender mercados como los que se hallan cruzando la frontera norte es uno de los retos a los que México ha logrado adaptarse. Con 21 modelos SUV fabricados en suelo nacional –de los cuales 17 se exportan–, el país ha alcanzado un nivel que no ha pasado desapercibido por los consumidores. “Cuando los autos adquieren cierta madurez lo que necesita la armadora es irlos modificando para su crecimiento. Este fue el caso de Chevrolet Blazer, que General Motors cambia con el apoyo de sus proveedores, y desarrollan un auto más competitivo y equipado, y eso se transforma en ventas hacia Estados Unidos”, explica Manuel Valencia, académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
Sin embargo, el especialista advierte que la presión del gobierno estadounidense para mantener a la producción automotriz dentro de sus fronteras supone una amenaza, ante lo cual México debería avanzar a una etapa de desarrollos propios, agregó por su parte Álvarez. “Si quisiéramos exponenciar a la industria valdría la pena empezar a explorar o participar de manera mas intensa en esta evolución de la movilidad, que hay en nuevas motorizaciones y nuevas tecnologías. Nos hacen falta centros de diseño propios, por ejemplo”.
Por lo pronto, el segmento SUV pareciera tener vía libre para continuar creciendo. Mientras que en Estados Unidos actualmente 45% de las ventas totales son de este segmento, cifras de J.D. Power apuntan a que en cinco años habría un incremento de ocho puntos porcentuales hasta 53%, lo que se traduciría en una demanda de 1.5 millones de vehículos adicionales.
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Esta demanda sería prometedora para México, pero la producción local también tendría que lidiar con un aumento de aproximadamente 180,000 vehículos SUV adicionales, con lo cual tres de cada 10 vehículos que se vendan en cinco años serían de este segmento.
“Llevamos dos años de una ligera contracción constante, pero en 2020 vemos que nos recuperaremos. La demanda aumentará aproximadamente en 100,000 unidades anuales durante los siguientes cinco años, y la capacidad (para satisfacer esa demanda) la tenemos, porque no todas las plantas producen en su máxima capacidad, ya que se fabrica a un promedio de 80%”, concluyó Álvarez.