El Acuerdo Nacional de Infraestructura, presentado en noviembre, contempla una inversión de 46,500 millones de pesos (mdp) -por parte de la iniciativa privada- en obras hidráulicas y de saneamiento en el país durante los próximos tres años. De los 12 proyectos planteados, al menos cinco de ellos se encuentran en la Península de Baja California: tres plantas desaladoras y dos obras de mejoramiento de organismos operadores.
La Península de Baja California, la ganadora del plan de infraestructura hídrica
Estos son proyectos que ya tenían una planeación previa, como la Planta Desalinizadora Playas de Rosarito, que tiene una inversión proyectada de 10,600 millones de pesos para el próximo año. Bajo el esquema de Asociación Público Privada se otorgó en 2015 la licitación de construcción, financiamiento y operación para la firma N.S.C. Agua.
La plataforma Proyectos México la describe como un sistema de desalinización, potabilización y suministro de agua en bloque, incluyendo disposición de aguas de rechazo con una capacidad de producción de hasta 4.4 metros cúbicos por segundo.
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Otro de los proyectos son las plantas desaladoras de La Paz y Los Cabos en Baja California Sur, en las que se prevé una inversión de 1,170 y 891 millones de pesos, respectivamente. Ambas están planteadas en un plazo de hasta dos años.
Las plantas desaladoras son proyectos que tienen algunas reservas para su desarrollo, debido a los altos costos financieros que implican y porque para los especialistas ambientales no son tan “nobles” con el medio ambiente, señala Miguel Ángel Montoya, especialista en gestión integral del agua.
“En zonas con estrés hídrico o con régimen de precipitación pluvial bajo, una desaladora no resuelve el tema y quizá puede agravar (la contaminación) por el manejo de la salmuera. Esta va a dar al Mar de Cortés y por la estructura dinámica de las corrientes marinas afecta la composición del mar y a las especies marinas en el Golfo de California”, comenta Montoya.
Para el manejo del agua, asegura el especialista, podrían considerarse opciones como la recarga artificial de pozos y la inversión en organismos operadores municipales que hagan más eficiente el tratamiento del agua. Aunque las desalinizadoras parecen “un gran negocio”, no contribuyen a una gestión integral del agua, afirma.
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La inversión hidráulica en la región también incluye 1,000 millones de pesos para el mejoramiento integral de la gestión de los Organismos Operadores en La Paz y Los Cabos, que según la plataforma Proyectos México consiste en el reemplazo de equipos, implementación de automatización de pozos y optimización de tomas de lecturas para recuperar caudales de agua potable.